Jerarquía

El Papa recordó a las víctimas del doble atentado contra la iglesia de Mar Guirguis en Tanta y la catedral de San Marcos de Alejandría. Pidió a los cristianos de Egipto, tanto a los coptos ortodoxos como a los griegos bizantinos, los armenios ortodoxos, los protestantes y los católicos "que San Marcos, el evangelizador de esta tierra, os proteja y os ayude a construir y a alcanzar la unidad, tan anhelada por Nuestro Señor". 

El Pontífice indicó que para los cristianos "ser testimonio de la obediencia conlleva unas consecuencias, como las persecuciones". Aseguró que hay que pedir a Dios no temer cuando lleguen "las calumnias", dado que "el Espíritu nos dirá qué debemos responder". 

El Papa deseó que "esta visita sea un abrazo de consolación y de aliento a todos los cristianos de Oriente Medio; un mensaje de fraternidad y de reconciliación para todos los hijos de Abraham". "Anhelo que sea asimismo una válida contribución para el diálogo interreligioso con el mundo islámico y para el diálogo ecuménico con la venerada y amada Iglesia Copto- Ortodoxa", exhortó el Pontífice. 

El director de la Oficina de prensa de la la Santa Sede, Greg Burke, indicó que Francisco decidió utilizar "un auto normal" durante el viaje que realizará el 28 y 29 de abril. "Las medidas son como la de tantos viajes", afirmó.

El Pontífice indicó que "la Iglesia renueva el anuncio lleno de asombro de los primeros discípulos: Jesús ha resucitado". "Todos nosotros, cuando nos dejamos dominar por el pecado, perdemos el buen camino y vamos errantes como ovejas perdidas. Pero Dios mismo, nuestro Pastor, ha venido a buscarnos, y para salvarnos se ha abajado hasta la humillación de la cruz", sostuvo el Papa. 

El Vaticano confirmó que el Papa realizará el viaje a Egipto el 28 y 29 de abril próximo. Utilizará un auto blindado y cerrado durante su estadía en el país africano, pese a que siempre se negó a hacerlo. "Egipto nos ha garantizado que todo saldrá bien, viajamos tranquilos", afirmó Angelo Becciu, el subsecretario de Estado vaticano. 

La Casa General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X consideró que el Papa "quiere evidentemente que todos los obispos compartan la misma solicitud pastoral". Aseguró que los presbíteros de la Fraternidad "se abocarán fielmente, como lo hacen desde su ordenación,  a preparar al matrimonio a los futuros esposos, según la doctrina inmutable de Cristo sobre la unidad y la indisolubilidad de esta unión". 

El Pontífice permitió a los obispos de las diócesis en las que está presente la Fraternidad a delegar a un sacerdote para que presencie el momento del consenso en el Sacramento del Matrimonio, y si es necesario, podrá delegar directamente al sacerdote de la Fraternidad que celebra la unión.

El Papa exhortó a trabajar "con los laicos" y "que sean ellos los que vayan adelante", durante una audiencia con los participantes del 238 Capítulo General de la Orden de los Padres Somascos. conocida como Compañía de los Siervos de los Pobres. Pidió "mirar con los ojos de Cristo a la juventud abandonada". 

El Pontífice afirmó que "la esperanza se radica en la fe y es por eso que es capaz de ir más allá de toda esperanza". "Una esperanza basada en una promesa que desde el punto de vista humano parece incierta e imprevisible, pero que no viene a menos ni si quiera frente a la muerte, cuando él que lo promete es el Dios de la Resurrección y de la vida", reflexionó el Papa. 

El Pontífice indicó que "jamás agradeceremos suficientemente a Dios por el don de su Palabra, que se hace presente en las Escrituras", dado que "es ahí que el Padre de nuestro Señor Jesucristo se revela como 'Dios de la perseverancia y de la consolación'", y recordó que "la Palabra de Dios alimenta una esperanza que se traduce concretamente en el compartir". 

El Pontífice lamentó la "incapaz de sentir vergüenza de tus pecados", dado que esa actitud "entraña una profunda hipocresía". El Papa indicó que la vergüenza del pecado y el arrepentimiento del pecador pueden ayudar a ser más receptivo al perdón de Dios.

El Pontífice exhortó a los fieles a rezar "por nuestros hermanos y hermanas perseguidos, para que sientan el apoyo de toda la Iglesia, a través de la oración y de la ayuda material". "¡Cuántas personas son perseguidas por motivo de su fe, obligadas a abandonar sus casas, sus lugares de culto, sus tierras, sus afectos!", afirmó el Papa. 

El Pontífice reflexionó que "el aliento de la vida de Dios nos salva de esta asfixia que apaga nuestra fe, enfría nuestra caridad y cancela nuestra esperanza". "Vivir la cuaresma es anhelar ese aliento de vida que nuestro Padre no deja de ofrecernos en el fango de nuestra historia", sostuvo el Papa. 

El Pontífice reflexionó que este tiempo litúrgico nos exhorta a "renovar nuestra identidad bautismal, es decir, a renacer nuevamente desde el amor de Dios". "Quien realiza el camino de la Cuaresma está siempre en el camino de la conversión. La Cuaresma es un camino hacia Jesús Resucitado", aseguró.