Venezuela

La Conferencia Episcopal de Venezuela, presidida por Luis Azuaje, precisó que van a "posponer todas las actividades de carácter formativo y catequético, así como las procesiones, fiestas patronales, peregrinaciones y actos religiosos". Pidió a "Caritas y la acción social de nuestras parroquias que sirven alimentos y distribuyen medicamentos a pensar la mejor manera de prestar el servicio sin que haya aglomeraciones". "Es un momento duro y una prueba de la cual hemos de salir victoriosos por nuestra fe y esperanza que han de expresarse en nuestra caridad y solidaridad", aseguró. 

El obispo de San Cristóbal, Mario Moronta, precisó que "según informaciones emitidas por autoridades, el mencionado sacerdote habría sido asesinado por un menor de edad, quien fuera víctima de abusos por parte del clérigo, acción que repudiamos". Pidió a las autoridades "aclarar lo ocurrido pero sin valerse de este triste suceso para fines políticos o de otra índole". 

El obispo de Acarigua-Araure, Juan Carlos Bravo, indicó que es también duro "ver morir a ancianos porque están totalmente desnutridos" y precisó que "Venezuela vive una crisis generalizada y en una pobreza extrema". El prelado denunció que al Gobierno de Maduro "le interesa mantener la pobreza para permanecer en el poder". "La Iglesia es la institución que tal vez más incomoda al Gobierno porque a nosotros no nos pueden decir 'cuentos'. Nosotros vivimos la misma realidad que comparten miles de personas", denunció Bravo. 

El encargado de comunicaciones de la Conferencia Episcopal Venezolana, Pedro Pablo Aguilar, sostuvo que las misas por Navidad "en la mayoría de las diócesis las celebraciones se hacen temprano, a las 5 de la tarde". "Hay algunas que no, que mantienen -la Misa- a las 7 de la noche. Sin embargo, celebraciones de la Misa de Gallo a las 11 o 12 de la noche es imposible hacerlo en Venezuela. Tal vez en todo el país pueda ser que exista un caso donde aún se pueda hacer, pero las condiciones han cambiado muchísimo en todo el país", afirmó. 

El arzopisbo emérito de Caracas, Jorge Urosa, afirmó que la crisis y la desnutrición puede evidenciarse con solo caminar por las calles. Asimismo, lamentó que una niña de 11 años se haya suicidado en Catia por la situación de pobreza que vivía en casa. 

El presidente de la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Venezuela, Roberto Lückert, denunció que "es un escándalo que un país tan rico como Venezuela no esté realmente viviendo en la pobreza sino viviendo en lo que es peor: la miseria". "En Venezuela, no tenemos comida; no tenemos ninguna medicina. En mi caso, por ejemplo, tengo que tomar medicamentos continuamente, y no hay manera de que alguien con un salario mínimo pueda siquiera acercarse a pagar los medicamentos que tendría que tomar", lamentó. 

El presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), Luis Azuaje, exhortó a mantener viva la esperanza ante las dificultades "consciente de que cualquier cambio importante cuesta, siendo tan a menudo una lucha entre el bien y el mal". 

Los obispos de la Comisión Episcopal de Laicos y Ministerios de Venezuela pidieron "reflexionar sobre las realidades actuales delante el Santísimo Sacramento del Altar e invitarles, como en tiempos memorables del Antiguo Testamento, a volver a la Oración y el Ayuno conjuntamente con la Adoración Pública de la Divina Presencia de Jesucristo en la Eucaristía, en pro de la paz, concordia y reconciliación de todos los hermanos venezolanos", por el 120 aniversario de la consagración del país al Santísimo Sacramento. 

La Conferencia Episcopal de Venezuela afirmó que "en medio de las duras situaciones que experimentan y el alto riesgo que viven los ciudadanos en los últimos años" ratifican su "defensa del pueblo ante los tantos acontecimientos que le hacen sufrir". En el video se muestran imágenes de personas que buscan algo para comer entre la basura, la violencia contra los jóvenes que protestan en la calle, la solidaridad de quienes, sin nada, colaboran con las mesas populares para compartir un plato de comida o ayudar a los ancianos y abandonados. 

El administrador apostólico de Caracas, Baltazar Porras, pidió "respeto a la Iglesia Católica, en un país de devotos y creyentes, quienes oran a diario por la paz, el respeto a la vida y el derecho a protestar", tras el ataque de miembros de la Guardia Nacional Bolivariana, que arrojaron gases lacrimógenos, durante una Misa la iglesia de Nuestra Señora de Fátima en Barrio Sucre de la Diócesis de San Cristóbal. 

El obispo de San Cristóbal, Mario Moronta, precisó que la celebración eucarística estaba por finalizar en la iglesia Nuestra Señora de Fátima en Barrio Sucre de la jurisdicción eclesiástica "cuando dos miembros de la Guardia Nacional Bolivariana ingresaron en moto dentro del templo". "No contentos con el atropello, lanzaron bombas lacrimógenos dentro del templo. Se pudo evacuar el recinto sagrado donde había un buen número de fieles y entre ellos bastantes personas de la tercera edad; una religiosa sufrió un desmayo", denunció. 

La directora nacional de Caritas Venezuela, Janeth Márquez, indicó es necesario que "se tengan claros los criterios de disponibilidad, transparencia, y sobre todo, de cómo y a dónde va a llegar la ayuda humanitaria". Pese a las dificultades, la Iglesia prioriza a niños de cero a cinco años, embarazadas y lactantes, personas abandonadas de la tercera edad y migrantes.

El obispo de San Cristóbal, Mario Moronta, indicó que "ya es hora de que cambie la situación", tras el histórico apagón eléctrico que provocó mayor caos en el país, dado que colapsó el suministro de agua, paralizó el comercio y el transporte, y afectó a los hospitales, donde fallecieron más de 20 personas.

El administrador apostólico de Caracas, Baltazar Porras, denunció que "el grave y dramático problema humanitario que está sufriendo la población venezolana" se manifiesta en el éxodo que sufre el país, dado que se contabilizan que "entre 4.000.000 y 5.000.000 de personas -según los especialistas- están fuera del país y todo esto en un lapso de tiempo relativamente muy corto".

El obispo de Cúcuta, Víctor Manuel Ochoa, exhortó a buscar una salida a la crisis de Venezuela que "no sea violenta y no tenga derramamiento de sangre". "Los gobernantes de esta nación tienen que ver esta realidad dramática de un pueblo que sufre. Faltan medicinas, faltan alimentos, faltan servicios, falta una atención a enfermedades catastróficas muy graves", denunció el prelado. Esta diócesis se encuentra en la frontera con este país, donde asisten a unas 10.000 personas, entre niños, embarazadas y adultos mayores venezolanos. 

La Conferencia Episcopal de Venezuela solicitó que "dejen entrar y distribuir en paz la ayuda humanitaria". "El régimen tiene la obligación de atender las necesidades de la población. Pedir y recibir ayuda no es ninguna traición a la Patria; antes bien, es un deber moral que nos incumbe a todos, ante las carencias y urgencias dramáticas que padece el pueblo venezolano", aseveró, al ratificar que Caritas colaborará en esta labor. 

El obispo de San Cristóbal, Mario Moronta, solicitó al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que "escuche el clamor de la gente que quiere no solo libertad y democracia, sino que sea considerado en su dignidad". "La Iglesia insistió en que es el pueblo el que debe ser escuchado. Aquí nos sostenemos con la solidaridad de la misma gente, de Cúcuta, de muchas instancias eclesiales que nos permiten recibir alimentos de las ollas comunitarias", indicó. 

El obispo de Cúcuta, Víctor Ochoa, indicó que "no podemos estar quietos" frente el sufrimiento de Venezuela. "La emergencia está creada, pero estamos ya ayudando como la Iglesia. Desde 2015 repartimos 1.000.000 de raciones calientes de buena calidad, sin contar raciones de emergencia. Cuando termina el alimento predispuesto para el día repartimos atún y pasta, o atún y arroz y un pan, para que ninguna mujer en embarazo se vaya sin comer, para que ningún niño se vaya sin comer, para que ningún anciano se vaya sin comer", precisó. 

El director 'ad interim' de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, indicó que en el encuentro "se subrayó la profunda preocupación para que se encuentre urgentemente una solución justa y pacíficapara poder superar la crisis, en el respeto de los derechos humanos y buscando el bien de todos los habitantes del país, evitando un derramamiento de sangre". 

El administrador apostólico de Caracas, Baltazar Porras, aseguró que "no será posible una mediación con el Papa", en una entrevista con el medio argentino Radio Continental, el miércoles 6 de febrero. Consideró que la intención del Gobierno de buscar "una salida cosmética" es lo que lo hace "inviable". Reiteró que anteriormente "se convocó al Vaticano y el Papa, de buena voluntad, quiso enviar a alguien y todo quedó en nada, fue una burla, hay que llamarlo así". 

La Conferencia Episcopal de Venezuela, la Confederación de Religiosos y Religiosas de Venezuela y el Consejo Nacional de Laicos, indicó que "las diversas instituciones de promoción social de la Iglesia nos comprometemos a continuar el servicio que venimos realizando con equidad, inclusión, transparencia y efectividad". Caritas Venezuela aclaró que "se sumaría a la ayuda humanitaria en esta crisis solo si se trabaja con los mecanismos apropiados y bajo los principios de respeto a los derechos humanos y humanitarios". 

La directora de Caritas Venezuela, Janeth Márquez, precisó que el país gobernado por Nicolás Maduro, que pretende perpetuarse en el poder, está "exportando madres embarazadas con desnutrición aguda, que van a tener niños con desnutrición aguda". 

El arzobispo emérito de Caracas, Jorge Urosa, precisó que "ojalá Maduro, que apela siempre a la palabra del Papa, atienda esos llamados, y abandone el poder, pues su gestión ha sido absolutamente dañina para el pueblo venezolano". 

La iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en Maracaibo, a través de su Consejo de Laicos, denunció que grupos armados afines al Gobierno de Nicolás Maduro "irrumpieron con palos, armas de guerra e incluso con granada fragmentarias, algo jamás visto en la existencia de 60 años" del templo. 

El Pontífice precisó que "sería una imprudencia pastoral y haría daño" ponerse de la parte de unos países o de otro, al ser consultado si respaldaría la autoproclamación de Juan Guaidó, actual presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, como presidente del país. "Pido grandeza a los que pueden ayudar a resolver el problema. El problema de la violencia, a mi me aterra", sostuvo. 

Un grupo de peregrinas venezolanas en Panamá indicó que sueñan con "poder vivir en nuestra tierra y no tener que irnos por falta de esos recursos". "Soñamos con un país lleno de Paz, de alegría, con seguridad", precisaron las jóvenes al ser consultadas con qué sueña la juventud de su país. 

El arzobispo emérito de Caracas, Jorge Urosa, indicó que "Maduro asume de facto el nuevo periodo en medio de grandes problemas". "Nos encontramos en un momento muy singular, pues Nicolás Maduro ha juramentado como nuevo presidente para el actual periodo, en medio de grandes controversias, pues enfrenta el desconocimiento de muchísimas personas, instituciones y gobiernos", denunció. 

El presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, Luis Azuaje, explicó que todos los días amanecen "con noticias negativas". "Como Iglesia nos toca acompañar a nuestro pueblo con proyectos sociales y comunitarios. Estamos tratando de que la gente tome conciencia de su situación", lamentó el prelado. 

El presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, Luis Azuaje, denunció que "seguir el mismo camino hasta ahora transitado es llevar al despeñadero al pueblo". "Lamentamos que no haya ni un ápice de sensibilidad humana y social que implique un cambio rotundo en la conducción del país", aseguró el prelado. 

El arzobispo emérito de Caracas, Jorge Urosa, indicó que "como consecuencia de las difíciles circunstancias de gravísima crisis política, económica y social por las que atraviesa la nación, los venezolanos estamos llamados por Dios Nuestro Señor a amar a nuestros hermanos, y a trabajar con fuerza por el bienestar de todos". 

El presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, Luis Azuaje, precisó que "estos males tienen una única razón: la implementación de un proyecto político totalitario" que el gobierno de Nicolás Maduro "se empeña en mantener a cualquier precio". "Ahora hay muchas personas que buscan comida en la basura. Esto contradice la dignidad humana", denunció. 

El obispo de Carúpano, Jaime Villarroel, afirmó que "hoy están muriendo miles y miles de venezolanos por falta de comida y por falta de medicina y donde se violan permanentemente los derechos humanos", al denunciar que literalmente el mandatario Nicolás Maduro "está matando a nuestro pueblo de hambre". 

La Conferencia Episcopal de Venezuela aseveró que el mandatario Nicolás Maduro deje de "perseguir, someter y enjuiciar arbitrariamente, mientras hay una multitud de pueblo que pide alimentos, medicamentos, luz eléctrica, transporte público, gas, sueldos dignos, detener la inflación". 

El nuevo administrador de Caracas, Baltazar Porras, aseguró que "indudablemente que hay una urgencia en el campo de la alimentación, de los medicamentos y del servicio sanitario que tiene que movernos a todos y no ser indiferentes ante el mal". 

Los obispos aseveraron que hay urgencia en el país de "una dirigencia política que ponga en el centro de sus reflexiones y de su accionar al pueblo". "Venezuela se convirtió en un país en diáspora. Manos que construían y producían, mentes que investigaban y enseñaban, van dejándonos para irse a otros países", lamentaron. 

La Asociación italiana Misiones de Don Bosco afirmó que "alrededor de 8.200.000 de venezolanos consumen dos o menos comidas al día, y son comidas de mala calidad", y que "la desnutrición ya cobró miles de víctimas entre los más jóvenes".

El arzobispo de Caracas, Jorge Urosa, consideró que "todos estamos en shock", dado que "parece como si el mal estuviera obteniendo la mano más alta y que no importara si los niños se mueren o si alguien se rinde y todavía es asesinado". 

El obispo de Carúpano, Jaime Villarroel, indicó que el "gobierno delincuencial" de Nicolás Maduro llevó a que más del 80 por ciento de las personas vivan en pobreza. El prelado de Maturín, Enrique Pérez, aseveró que "la situación alcanzó niveles de aniquilación hacia el pueblo venezolano", por lo cual "la gente está huyendo del país".

El arzobispo de Mérida, Baltazar Porras, aseveró que "la situación de la inmensa mayoría está llegando a los límites de una emergencia humanitaria", y rechazó que los medios de comunicación oficialistas describan que en país "todo es un paraíso" cuando ni siquiera hay insumos en hospitales.

La Conferencia Episcopal de Venezuela, presidida por el obispo Luis Azuaje, indicó a través de un video en Twitter que "Venezuela necesita de nuestra oración y de nuestra acción" por lo que pidió a los fieles hacer "gestos de misericordia y caridad para con quienes de verdad sienten necesidad de una expresión de ternura y solidaridad".