China

El obispo clandestino en China Giuseppe Ma Zhongmu Tegusbeleg falleció a los 101 años. El prelado fue obligado desde 1958 a 1969 a trabajos forzados por no someterse a la Asociación Patriótica. Fue obispo de Ningxia, reconocido por la Santa Sede, pero no por el Gobierno de China. Además, logró traducir el Misal romano en lengua mongol y lo había presentado en el Vaticano para su aprobación, pero no la obtuvo, dado que lamentablemente "nadie en el Vaticano conocía la lengua mongol". 

La revista especializada 'Bitter Winter' publicó nuevas fotografías y vídeos en los que se ve a católicos de la ciudad de Mindong rezar afuera de sus templos que fueron clausurados. En enero pasado, más de 10 templos locales fueron cerrados en un área con gran presencia de católicos subterráneos que no quisieron inscribirse a la 'Asociación Patriótica'. Los fieles se reunieron en las afueras de un templo clausurado, en el pueblo de Saiqi, en la oscuridad y se iluminaban a la luz de las velas, mientras oraban y cantaban himnos religiosos al aire libre, el 19 de enero pasado a las 4 de la mañana.

La revista especializada en libertad religiosa 'Bitter Winter' denunció que el funcionario comunista Xia Baolong fue nombrado nuevo responsable de Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao. El medio precisó que el nombramiento de Baolong generó temores de aplicación de mano dura en las regiones autónomas, tras recordar que fue el secretario provincial del Partido Comunista Chino de Zhejiang cuando se implementó la polémica prohibición de las cruces exteriores en los templos cristianos.

El obispo emérito de Hong Kong, Joseph Zen, lamentó que la Iglesia clandestina en China "está condenada a desaparecer", dado que los obispos más ancianos mueren y no se nombra sucesores. Indicó que "la situación es muy mala y la fuente de esto no es el Papa que no sabe mucho de China", y aseguró que cuando los fieles se acercan a él para preguntarle cómo puede ahora ayudar a la Iglesia, les dice que no puede hacer nada. "No tengo voz en el Vaticano. Simplemente nada. Y la situación para la Iglesia Católica es, humanamente hablando, desesperada", alertó Zen. 

Organizaciones caritativas católicas, diócesis, parroquias, movimientos eclesiales, sacerdotes, religiosas y fieles laicos individuales realizan lo posible para responder a las necesidades de la población  frente a la crisis de la epidemia del coronavirus. 'Jinde Charitie', la organización caritativa católica más grande activa en China continental, recaudó hasta el 5 de febrero unos 6.000.000 de yuanes (800.000 euros) que ya fueron destinados a comprar los primeros materiales de emergencia. La entidad proporcionó más de 10 trajes de aislamiento, 100 máquinas para el sistema respiratorio y 30 toneladas de desinfectantes. 

Las autoridades de China permitieron que el obispo subterráneo de Xuanhua, Agustín Cui Tai, sea liberado por unos días para que pase con su hermana muy anciana la fiesta del Fin de Año chino, que inicia la noche del 24 de enero. Desde 2007 hasta la actualidad, detuvieron a Cui Tai en modo ilegal o lo pusieron en arresto domiciliario, en forma casi continuada, sin ningún proceso jurídico. El prelado, de 69 años, es reconocido por la Santa Sede, pero no por el gobierno de Xi Jinping, que lo presiona para que adhiera a la Asociación Patriótica.   

Un sacerdote católico de la iglesia subterránea en el noroeste del país explicó que no tienen "iglesia ni decoraciones" y que la "Eucaristía dominical normalmente se celebra en una casa de los fieles y la Navidad no es una excepción", dado que "como el clima de afuera es muy tenso, por motivos de seguridad, se corren las cortinas de las ventanas, rezamos en voz baja". "Queremos aceptar este sufrimiento por el Señor y por la fidelidad a Su Iglesia, Hace 2.000 años, ¿acaso el Salvador no nació en circunstancias similares? Esperamos poder celebrar la Santa Navidad en paz. Esperamos que nuestra Iglesia pronto pueda gozar de la libertad religiosa", reflexionó el presbítero. 

La revista especializada en libertad religiosa 'Bitter Winter' denunció el hecho ocurrido en un templo católico en Ji'an, en la provincia de Jiangxi, en septiembre pasado. "Lo que más dolió a las congregaciones fue la eliminación de una pintura de la Virgen con el Niño Jesús, que luego se desechó en un rincón oscuro de la iglesia. En cambio, un retrato de Xi Jinping estaba colgado en el centro de una de las paredes, rodeado de eslóganes de propaganda en ambos lados", aseveró el medio de comunicación.

El Gobierno de China prohibió palabras como "Dios", "Biblia" y "Cristo" de un libro para la escuela primaria que imprimió la 'Editorial para la Educación del Pueblo' a comienzo del año. En 'La Niña de los Fósforos', a la niña se le aparece en una visión su difunta abuela que le dice: "Cuando cae una estrella, un alma se va con Dios", mientras que en la versión "sinizada", la abuela dice: "Cuando cae una estrella, una persona deja este mundo". En 'Vanka' se eliminó una parte en la que se narra la oración en una iglesia y la palabra "Cristo".

El obispo emérito de Hong Kong, Joseph Zen, indicó que logró que sus dudas fueran recibidas por el Pontífice y además por el secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin. "El Papa dijo varias veces: 'Voy a prestar atención a este asunto'. Esta es la única oración que he traído a mi gente. También le entregué mi 'dubia' al secretario de Estado, que no dijo nada en la cena", precisó Zen.  

Los católicos de la Arquidiócesis de Fuzhou padecen una nueva oleada de represión por la visita de funcionarios comunistas que los presionan para que se afilien a la Asociación Patriótica. Un fiel local del condado de Pingtan denunció que personal del comité del vecindario se infiltró en una Misa y tomó fotografías que fueron enviadas a la estación de Policía. Al finalizar la Eucaristía, una docena de policías y funcionarios consiguieron interceptar al sacerdote para ordenarle el cierre del lugar del culto bajo amenaza de demolerlo.

La Asociación Patriótica de China prohibió realizar un funeral público o darle sepultura en el cementerio católico a Esteban Li Side, obispo de Tianjin, reconocido por la Santa Sede, pero no por el gobierno comunista, que falleció a los 92 años después de una larga enfermedad bajo arresto domiciliario. Las autoridades colocaron el cadáver del prelado, que pasó 17 años en campos de trabajo forzado por su fidelidad al Papa, en un 'funeral parlour' y no en la catedral de San José en Tianjin. 

Las autoridades de Weihui, una localidad en la Diócesis de Anyang, destruyeron las enormes cruces de hierro de los campanarios de un templo católico. En la explanada de la iglesia, decenas de policías se desplegaron para prevenir cualquier crítica o resistencia contra la denominada "sinización" de la fe cristiana, que se impone que debe ajustarse a los lineamientos del régimen del Partido Comunista. 

Más de 200 fieles acampan en las escalinatas y protegen el santuario mariano de Mujiaping en el distrito de Taibai desde la noche del martes 9 de abril, de al menos 600 funcionarios del régimen comunista, que junto a fuerzas policiales, pretenden destruirlo. Los fieles piden a los cristianos rezar por la salvaguarda del templo -dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, pero en el que son habituales las peregrinaciones hacia la imagen de la Virgen ubicada contra el cerco que lo rodea- y por la salvación de la población.

El sacerdote y superior regional del Instituto Pontificio de Misiones en el Extranjero, Giorgio Pasini, indicó que "los catecúmenos ya son muy activos en la vida de la comunidad; este año, el gran número de bautismos infundirá mayor vitalidad a la Iglesia local". El obispo local John Tong Hon, junto al cardenal Joseph Zen, verificaron el camino de fe que realizaron los catecúmenos.

El gobierno de Qianyang destruyó la única parroquia de una zona muy pobre de Shaanxi, que cuenta con 2.000 católicos campesinos. La diócesis de Fengxiang es la única diócesis donde ni los fieles, ni el obispo están inscriptos en la Asociación Patriótica. Algunos consideran que la violencia contra la parroquia es un modo de obligarlos a inscribirse, mientras que otros indican que se debe a que la célula comunista, que preside el gobierno local, está constituida por maoístas radicales.

El gobierno de China detuvo al obispo subterráneo de Xuanhua, Agustín Cui Tai, quien en los últimos meses luchó para afirmar su autoridad como obispo reconocido por la Santa Sede contra un sacerdote Zhang Li, que lo acusaba de no seguir las indicaciones del Vaticano, al decir que supuestamente "el acuerdo provisorio entre China y la Santa Sede establece el fin de la Iglesia subterránea" y a partir de ahora, todos los fieles y prelados deben ir a la Asociación Patriótica. 

Las autoridades de Zhengzhou suprimieron la 'Iglesia protestante de la Roca' por no cumplir "los reglamentos sobre las actividades religiosas" que contempla arrestos, multas y secuestros de los edificios donde se realizan encuentros no controlados por las asociaciones patrióticas. "Las iglesias en China están experimentando un aumento de la persecución como no se había visto en los últimos 40 años", denunciaron los fieles. 

La revista dedicada especialmente a la denuncia de la persecución religiosa en China 'Bitter Winter' indicó que "las autoridades del partido Comunista Chino parecen estar preocupadas de que la evidencia de su persecución ensucie su imagen en el extranjero". "Pero en el mundo de hoy, es muy difícil cubrir todas las evidencias de los abusos a los derechos humanos, como Bitter Winter, documenta a diario", aseveró. 

El obispo emérito de Hong Kong, Joseph Zen, exhortó a los chinos a perseverar en la Fe, incluso si sufrimos por ella, al presidir una Misa en la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, adyacente a la escuela salesiana, 'Don Bosco Cristo Rey', de Takoma Park, en los alrededores de Washington. En una ceremonia promovida por la 'Fundación Memorial Víctimas del Comunismo', Zen recibió la 'Medalla Truman-Reagan de la Libertad' por su firme defensa de la libertad de religión y de los derechos humanos en China. 

El sacerdote Estanislao, de China del nordeste, afirmó que "el Departamento de la Educación informó a cada escuela, oralmente o por escrito, que se debían continuar las lecciones durante el día y la tarde", y que "además dio disposiciones para que los estudiantes durante las fiestas navideñas no hiciesen regalos y no organicen fiestas o encuentros con trasfondo religioso". "Afortunadamente confiando en la gracia de Dios, nuestros jóvenes, quién antes quién después, uno después del otro, vinieron a la Misa de medianoche", aseguró. 

Cientos de evangélicos de Hong Kong asistieron vestidos de negro a sus cultos, el domingo 23 de diciembre, en solidaridad con los cristianos perseguidos en el régimen comunista. La iniciativa pretende concientizar sobre la situación que padecen muchas comunidades protestantes bajo el gobierno de Xi Jinping, quien en las últimas semanas cerró 3 iglesias protestantes no oficiales en Beijing, Chengdu y Guangzhou. 

Las autoridades de Langfang prohibieron la instalación y venta de cualquier tipo de decoración navideña en los locales con el supuesto fin de "mantener la estabilidad". "Las tiendas tienen estrictamente prohibido organizar eventos navideños o ventas promocionales", precisaron, al mismo tiempo que alertaron que quienes sean sorprendidos con árboles o coronas de Navidad serán castigados. 

El obispo Wei Jingyi precisó que las hermanas del convento de la ciudad de Qiqihar encontraron otro lugar donde vivir. Además lograron convencer a las autoridades de salvar una parte del edificio que es utilizado como capilla y como residencia, mientras que el resto fue demolido, por ser considerado ilegal, donde se reúne una comunidad subterránea. 

Los prelados Vincent Guo Xijin, de 59 años, y Peter Zhuang Jianjian, de 88 años, acordaron retirarse de su cargo para que asuman 2 representantes de la Asociación Patriótica. "De acuerdo con el informe de sacerdotes de Mindong, Celli le habría dicho a Guo que Francisco pide este gesto de obediencia 'y de sacrificio por la situación de la Iglesia en China'", precisó Asia News. 

El sacerdote de China central Pedro sostuvo que "es injusto colocar en un mismo plano a los obispos que siempre se han mantenido fieles y a aquellos que fueron ordenados de manera ilícita". "A pesar de que fui detenido dos veces, en los años 80 y 90, no me retiré a causa de estos ataques, y tampoco dejé de difundir el Evangelio", reflexionó, al indicar que el acuerdo provisorio le generó "confusión y desorientación". 

El obispo emérito de Hong Kong, Joseph Zen, sostuvo que "algunos sacerdotes escaparon y otros desaparecieron porque no saben qué hacer y están molestos" frente a la presión del régimen que los obliga unirse a la iglesia cismática. Indicó que no tiene intención de atacar a Francisco. "Si el Papa está equivocado esta vez, espero que admita el error; si él no lo admite, espero que un futuro Papa lo haga", aseguró. 

El obispo emérito Hong Kong, Joseph Zen, pidió a "los obispos y sacerdotes clandestinos de China" que "por favor, no comiencen una revolución", frente al acuerdo provisorio establecido entre la Santa Sede y el Gobierno de Xi Jinping, en un artículo publicado en el New York Times. ¿Ellos -las autoridades- toman sus iglesias? ¿Ya no pueden celebrar? Vayan a casa y recen con sus familias. Esperen mejores tiempos. Vuelvan a las catacumbas. El comunismo no es eterno", indicó. 

Feligreses levantaron sus voces con dolor al presenciar la destrucción con grúas de la cruz de la cima de la iglesia en Luoyang, realizada por las autoridades comunistas. El Gobierno de Xi Jinping incrementó el derribo de cruces de manera brutal, la destrucción de iglesias y la eliminación de decoraciones religiosas del exterior e incluso del interior de los edificios sacros. 

El obispo emérito de Hong Kong, Joseph Zen, indicó que la presencia de los prelados Giovanni Yang y Giuseppe Guo que son "dos funcionarios del gobierno perseguidor y ateo es un insulto a los buenos obispos de China y al Sínodo de los obispos católicos". 

El Pontífice espera que "se pueda abrir en China una nueva fase que ayude a sanar las heridas del pasado". La iglesia clandestina, pese a las persecuciones ejercidas por el régimen comunista, siempre se mantuvo fiel al Vaticano y no se doblegó frente a las imposiciones comunistas.

El obispo emérito de Hong Kong, Joseph Zen, indicó que "existe preocupación y tristeza en la iglesia clandestina y teme ser traicionada con este acuerdo". "Estas personas (prelados nombrados por el régimen comunista) desafiaron la autoridad del Papa, ¿cómo pueden estas personas pedir perdón ahora y ser nombrados obispos?", cuestionó Zen.

El obispo emérito de Hong Kong, Joseph Zen, consideró que el comunicado de anuncio es "una obra maestra de creatividad en lo que respecta a decir nada con muchas palabras". "¿Cuál es el mensaje que la Santa Sede pretende mandar a los fieles de China, con este comunicado? 'Tengan confianza en nosotros, acepten lo que hemos decidido' ¿Qué irá a decir el gobierno a los católicos? 'Obedézcannos, la Santa Sede ya está de acuerdo con nosotros'", cuestionó. 

Liu Xueshang, un campesino que se gastó todos sus ahorros en colaborar en la construcción de un templo que fue demolido, sostuvo que "el futuro para la Iglesia es sombrío". "No tenemos ningún sitio donde rezar", lamentó. 

La Administración Estatal para los Asuntos Religiosos estableció que no se puede difundir algunos contenidos sensibles como "la mínima crítica a la dirigencia del Partido y a la política religiosa oficial". Además, los que pretendan abrir un sitio religioso para evangelizar deben pedir un permiso a las autoridades y ser juzgado "moralmente sano y políticamente confiable".

Los edificios religiosos del país exhiben eslóganes que exaltan el socialismo y deben eliminan las imágenes sacras, por considerarlas occidentales, como parte de campaña de "sinización" encabezada por el mandatario Xi Jinping. "Con la bandera roja, los cantos patrióticos, y la prohibición de entrar que rige para los jóvenes, las iglesias se parecen cada vez más a los edificios de gobierno", denunció un católico. 

El párroco de la iglesia destruida de Qianwang, Wang Junbao, sostuvo que las autoridades tras la protesta realizadas prometieron hallar un nuevo espacio donde reconstruir la iglesia, si bien esto "tomará mucho tiempo". 

Líderes cristianos indicaron que "la vida normal de un creyente fue violada y obstaculizada y esto causó daños". Indicaron que "la situación parece luego empeorar día tras día", y aseguraron que "las autoridades deben respetar la libertad de religión tutelada por la Constitución de China.

Un presbítero de la Diócesis de Zhengzhou, que reservó su identidad, precisó que las autoridades de la provincia de Henan indicaron que habrá patrullaje de policías en las entradas de los templos, y que serán obligados a declarar el número y situación de los fieles, situación que genera temores por posibles represalias. 

El gobierno comunista de China liberó al responsable de la iglesia cristiana Piedra Viviente, Yang Hua, después de encarcelarlo y torturarlo por supuesta "posesión y divulgación de secretos de Estado". En ese período desarrolló una vasculitis que le dejó las piernas prácticamente paralizadas y se enfermó de diabetes, pero no recibió ningún tratamiento.