El Papa indicó a los embajadores del Vaticano que "es irreconciliable ser un representante pontificio y tener blogs o incluso unirse a grupos hostiles a él, a la Curia y a la Iglesia de Roma", en uno de los puntos del decálogo que les entregó en una reunión en la Sala Clementina. Indicó que "ciertamente, todas las personas pueden tener reservas, simpatías y antipatías, pero un buen nuncio no puede ser hipócrita porque el representante es un puente de conexión entre el Vicario de Cristo y las personas a quienes ha sido enviado". 

El Pontífice indicó que debemos protegerla "desde la concepción en el seno materno hasta la edad avanzada, cuando esté marcada por la enfermedad y el sufrimiento". Exhortó a orar "para que la vida humana sea respetada siempre, dando testimonio de los valores del Evangelio, especialmente en el ámbito de la familia".

El Pontífice realizó un nuevo llamado a la comunión de los cristianos, al reflexionar sobre cómo después de la traición de Judas los Apóstoles se esforzaron por recuperar la unidad.  

El Papa afirmó que "sin el Espíritu la Escritura es letra muerta, con el Espíritu es Palabra de vida". "El Espíritu plasma a la Iglesia y al mundo como lugares de hijos y hermanos, sustantivos que vienen antes de cualquier otro adjetivo. Para ser espirituales, para gustar la armonía del Espíritu, debemos poner su mirada por encima de la nuestra. Entonces todo cambia: con el Espíritu, la Iglesia es el Pueblo santo de Dios; la misión, el contagio de la alegría; los otros hermanos, amados por el mismo Padre", sostuvo el Pontífice.

El Papa imploró que "no tengan miedo de aceptar el desafío de anunciar nuevamente la vocación a la vida consagrada y al ministerio ordenado" a los representantes de los Centros Nacionales para las Vocaciones de la Iglesia de Europa en el Vaticano. "Estar enraizado en Cristo es el gran camino para dejar que su obra nos recomponga. Acompañar y formar la vocación es consentir en la obra artesanal de Cristo", reflexionó.

El Pontífice pidió que "la acción del Espíritu Santo en nosotros nos haga testigos de Cristo en el mundo en que vivimos", en su saludo a los peregrinos de lengua polaca, al finalizar la audiencia general en la Plaza de San Pedro. "Con la fuerza que recibimos del Espíritu Santo podemos ser verdaderos testigos del Evangelio en el mundo", precisó en su mensaje a los fieles de lengua portuguesa.