Jerarquía

El Papa afirmó que "sin el Espíritu la Escritura es letra muerta, con el Espíritu es Palabra de vida". "El Espíritu plasma a la Iglesia y al mundo como lugares de hijos y hermanos, sustantivos que vienen antes de cualquier otro adjetivo. Para ser espirituales, para gustar la armonía del Espíritu, debemos poner su mirada por encima de la nuestra. Entonces todo cambia: con el Espíritu, la Iglesia es el Pueblo santo de Dios; la misión, el contagio de la alegría; los otros hermanos, amados por el mismo Padre", sostuvo el Pontífice.

El Papa imploró que "no tengan miedo de aceptar el desafío de anunciar nuevamente la vocación a la vida consagrada y al ministerio ordenado" a los representantes de los Centros Nacionales para las Vocaciones de la Iglesia de Europa en el Vaticano. "Estar enraizado en Cristo es el gran camino para dejar que su obra nos recomponga. Acompañar y formar la vocación es consentir en la obra artesanal de Cristo", reflexionó.

El Pontífice pidió que "la acción del Espíritu Santo en nosotros nos haga testigos de Cristo en el mundo en que vivimos", en su saludo a los peregrinos de lengua polaca, al finalizar la audiencia general en la Plaza de San Pedro. "Con la fuerza que recibimos del Espíritu Santo podemos ser verdaderos testigos del Evangelio en el mundo", precisó en su mensaje a los fieles de lengua portuguesa. 

El Pontífice precisó que el Papa Emérito "habla poco, habla despacio, pero con la misma profundidad de siempre". "Sintiéndolo hablar me vuelvo fuerte, siento el zumo de las raíces que me vienen y me ayudar a seguir adelante. Siento esta tradición de la Iglesia que no es una cosa de museo la tradición. La tradición es la raíz que te dan el zumo para crecer, y tú no serás como la raíz, no; tú florecerás, el árbol crecerá y dará los frutos, y las semillas serán las raíces para los demás. La tradición de la Iglesia está siempre en movimiento", sostuvo. 

El Papa consideró que la causa por la que no se le informa "no siempre es corrupción, a veces es estilo curial, pero es un estilo que hay que ayudar a corregir". Sobre el caso del ex cardenal Theodore McCarrick, condenado por abusos, el obispo de Roma afirmó que "de McCarrick no sabía nada, obviamente, nada, nada". 

El Pontífice reiteró que ellos "dan su vida en silencio, porque su martirio no es noticia: pero hoy, hay más mártires cristianos que en los primeros siglos", a través de Twitter, el lunes 27 de mayo. 

El Papa aseveró que el uso del diagnóstico prenatal para ese fin "sustrae a las familias la posibilidad de aceptar, abrazar y amar a sus hijos más débiles". "El aborto nunca es la respuesta que buscan las mujeres y las familias", explicó el Pontífice, al indicar que el rechazo del aborto "no tiene nada que ver con la fe", dado que "es un problema humano, un problema pre-religioso", durante la conferencia internacional 'Yes to Life' en el Vaticano. 

El Pontífice reflexionó que Cristo "nos pide que salgamos de la pretensión de controlar y administrar; nos pide que confiemos en los demás y nos entreguemos a los demás". "Pidamos al Señor que nos libere de la eficiencia, de la mundanalidad, de la tentación sutil de rendir culto a nosotros mismos y a nuestra habilidad, de la organización obsesiva. Pidamos la gracia de aceptar el camino indicado por la Palabra de Dios: humildad, comunión, renuncia. El Evangelio es nuestro programa de vida", aseguró el obispo de Roma. 

El Pontífice afirmó que "el primer protagonista de toda oración cristiana es el Espíritu Santo", dado que "no podremos nunca rezar sin la fuerza" de Él. "El Espíritu nos hace rezar en el 'surco' que Jesús excavó en nosotros. Este es el misterio de la oración cristiana: por gracia estamos atraídos en aquel diálogo de amor de la Santísima Trinidad", indicó. 

El Pontífice precisó que "la relación entre obispos y nuestros sacerdotes representa indiscutiblemente una de las cuestiones más vitales de la vida de la Iglesia", dado que "es la espina dorsal sobre la que se rige la comunidad diocesana". "El obispo es el pastor, el signo de unidad para toda la Iglesia diocesana. A algunos obispos les cuesta establecer relaciones aceptables con sus sacerdotes, arriesgándose de esa manera a arruinar su misión y, además, debilitar la misma misión de la Iglesia", afirmó. 

El Pontífice indicó que este derecho "en los casos extremos donde la integridad de la vida humana esté en peligro se basa en la necesidad personal de no actuar de manera diferente a la propia convicción ética". "Cualquier práctica médica sobre el ser humano debe evaluarse cuidadosamente para saber si respeta la vida y la dignidad humana", aseveró, al exhortar a los profesionales sanitarios "a ser fieles a la oración y a nutriros de la Palabra de Dios: siempre con el Evangelio en el bolsillo, al alcance de la mano". 

El Pontífice invitó a "recordar a cuantos el Señor continúa a llamar por su nombre para que se conviertan en 'pescadores de hombres'", durante la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que tiene este año como tema 'La valentía de arriesgarse por la promesa de Dios'. 

El Papa indicó las normas, aprobadas 'ad experimentum' por 3 años, que se aplican en el caso de informes relativos a "clérigos o miembros de Institutos de vida consagrada o Sociedades de vida apostólica" relacionados a delitos en contra el sexto mandamiento del Decálogo, en una Carta Apostólica. El documento para combatir los abusos y el encubrimiento entrará en vigor el 1 de junio próximo.

El Pontífice sostuvo que "de hecho, como cristianos, nuestra vocación y misión es ser signo e instrumento de unidad, y podemos serlo, con la ayuda del Espíritu Santo, anteponiendo lo que nos une ante lo que nos dividió o nos sigue dividiendo". Además, recordó su viaje a Bulgaria y Macedonia del Norte, del 5 al 7 de mayo pasado, y ezó un Ave María con los miles de fieles en la Plaza de San Pedro por el "presente y futuro de estos pueblos".

El Pontífice indicó que Jesús "mismo enfrentó el pecado y la desilusión para ir al encuentro de todo viviente e invitarlo a caminar", al presidir una Misa en la Plaza Knyaz Alexandar I de Sofía, el domingo 5 de mayo. "Hoy estamos invitados a mirar y descubrir lo que el Señor hizo en el pasado para lanzarnos con Él hacia el futuro. Una Iglesia joven, una persona joven, no por edad sino por la fuerza del Espíritu, nos invita a testimoniar el amor de Cristo, que apremia y que nos lleva a ser luchadores por el bien común", indicó.