Kenia

El arzobispo de Nairobi, John Njue, indicó estos grupos "infunden miedo -como a la muerte y las calamidades si se ignoran sus enseñanzas- y la coerción para reclutar nuevos miembros". Denunció que estos "incluyen algunas prácticas retrógradas como la circuncisión femenina, el chovinismo masculino y la sumisión de las mujeres" y que las investigaciones revelaron que provocan "varios efectos nocivos" con "numerosos casos de desintegración y conflictos familiares, y desequilibrios emocionales y psicológicos especialmente entre mujeres y niños".

El presbítero de la parroquia Regina Caeli en Nairobi, Maloba Wesonga, afirmó que este panorama provocó una menor frecuencia de celebración de vigilias, a causa de los temores de ataques terroristas nocturnos. El vicario general de la Arquidiócesis de Mombasa, Wilybard Lagho, indicó que los fieles establecieron comités de seguridad. 

Siete terroristas ataron y ejecutaron en el acto a dos individuos al notar que eran cristianos. "Les pidieron que recitasen la Shahada (declaración de fe musulmana) y la Fatiha (el primero de los capítulos del Corán)", indicó un pasajero.

Los prelados de Kenia alertaron que "la cultura de la avaricia está agravando una situación ya difícil en sí misma", dado que los ciudadanos "están siendo empujados al borde de la desesperación", frente a la peor crisis alimentaria causada por la mayor sequedad en los campos y escasez de agua en décadas. 

El sacerdote de la Misión Católica de Tatha Gerard Matolo afirmó que más de 3.000 personas necesitan asistencia urgente tan sólo en su parroquia. "Como su pastor, tengo que encontrar una manera de asegurarme de que reciben algo de comer. A veces comparto mi propia comida", reveló.

El obispo de Homa Bay y presidente de la Conferencia Episcopal de Kenia, Philip Anyolo, indicó que los prelados del país instan "al gobierno a declarar la sequía como desastre nacional para que la comunidad internacional tome nota y de pasos al frente para ayudar a los muchos keniatas que sufren". 

El obispo de Embu, Paul Kariuki Njiru, afirmó que "el peligro es enorme y no podemos hacer caso omiso", frente a las sospechosas campañas de vacunación en Kenia, lanzadas por el Ministerio de Salud, con cooperación de UNICEF y la Organización Mundial de la Salud. 

Un grupo de musulmanes que viajaban en un colectivo, que fue atacado por Al Shabab en Mandera, en el noreste de Kenia, evitaron una masacre al negarse a separarse del resto de pasajeros cristianos. El obispo de Garissa, Joseph Alessandro, aseguró que "es un hecho muy positivo, una señal concreta de que los musulmanes keniatas están en contra de la violencia". 

El pasado miércoles, en el primer día de su viaje apostólico a África, el Papa Francisco celebró la Santa Misa en el Campus de la Universidad de Nairobi. En la homilía apuntó que "la salud de cualquier sociedad depende de la salud de sus familias", y recordó "el encargo que el Señor nos da a cada uno de nosotros. Nos pide que seamos discípulos misioneros, hombres y mujeres que irradien la verdad, la belleza y el poder del Evangelio, que transforma la vida".

Las víctimas vivían en las localidades de Nairobi, Garissa y Mandera. Recientemente, en esta última localidad, ubicada en el noroeste de Kenia, Al Shabab reivindicó la autoría del asesinato de 14 cristianos, el 7 de julio pasado. "Hemos matado a más de diez cristianos kenianos", afirmó el portavoz de operaciones militares de los fundamentalistas somalíes. 

El obispo coadjutor de Garissa, Joseph Alessandro, afirmó que "si este proyecto de 'limpieza' se llevará hasta su completación, Al Shabab declararán estos territorios como 'tierras islámicas' y tal vez se unirán al califato".

El vicepresidente de la Comisión para los refugiados y los migrantes de la Conferencia Episcopal de Kenia exhortó a los refugiados a no perder la esperanza a pesar de las dificultades que deben afrontar cada día.

"Uno debe rezar por los enemigos para que cambien. Como cristianos sabemos que tenemos que perdonar a los que pecan contra nosotros", sostuvo un familiar de una de las víctimas.

El obispo coadjuntor de Garissa afirmó que Al Shabab en Kenia hacen distinción entre musulmanes y cristianos, salvando a los primeros y matando a los segundos. 

En la ciudad atacada, por lo menos 2.500 estudiantes de diferentes religiones desfilaron por las calles, unidos y solidarios en contra del peligro que representan los milicianos vinculados con Al Qaeda. 

El cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin escribió un telegrama de parte de Francisco para el presidente de la Conferencia Episcopal de Kenia, cardenal John Njue, arzobispo de Nairobi.

Viajaban en un autobús que fue detenido por los islamistas somalíes. Luego separaron a los no musulmanes y los asesinaron como venganza por el cierre de cuatro mezquitas en Mombasa.