Revelan que un imán alertó sobre el intento de atentado en una iglesia copta de Egipto en la vigilia de Navidad

El imán de la mezquita de Diaa al-Haq, Saad Askar, lanzó un alerta por micrófono para que los cristianos que estaban en la iglesia copta de la Santísima Virgen María en Ezbat al-Haganah, en El Cairo, situada en frente, tras notar junto a un empleado que un hombre dejó un paquete sospechoso en el templo y escapó rápidamente. "Quien quiera que se encuentre en la iglesia, por favor, salga rápidamente", gritó. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Asia News.

EN EL QUE MURIÓ UN POLICÍA AL DESACTIVAR UNA BOMBA.

El imán de la mezquita de Diaa al-Haq, Saad Askar, lanzó un alerta por micrófono para que los cristianos que estaban en la iglesia copta de la Santísima Virgen María en Ezbat al-Haganah, en El Cairo, situada en frente, la abandonaran por un posible atentado, tras notar junto a un empleado que un hombre dejó un paquete sospechoso en el templo cristiano y escapó rápidamente -según confirmaron 2 estudiantes de Al-Azhar-, el sábado 5 de enero, a dos días de la Navidad.

Adkar tomó un megáfono para advertir sobre el bolso. "Quien quiera que se encuentre en la iglesia, por favor, salga rápidamente", gritó el líder musulmán, según se comprueba en un video que se volvió viral. Con la intervención de la policía comprobaron que se trataba de una valija, que en su interior contenía 3 artefactos explosivos. Intervino en el lugar una escuadra de artificieros que desactivaron 2 de las 3 bombas colocadas. La última estalló y mató al policía especializado en explosivos Mustafa Abid, además de dejar 2 agentes heridos. 

"Debemos permanecer cerca, cuidar unos de otros. Los que quieren atacar lugares de culto, no tienen religión. No son musulmanes ni cristianos", sostuvo el imán, al recordar que tras el alerta "las fuerzas de seguridad intervinieron inmediatamente, crearon un cordón de seguridad, y una vez desactivados los artefactos patrullaron la zona, buscando otros explosivos". Fuentes locales confirmaron que el objetivo del ataque era la minoría copta, que representa alrededor del 10% de la población egipcia y es víctima de atentados sangrientos.