Vaticano descarta visita de Francisco a Argentina en 2018

Cada semana les ofreceremos en esta sección lo más destacado de lo publicado la última semana por los medios digitales argentinos Infobae, La Nación, Clarín y Perfil sobre el Papa y sobre la vida de la Iglesia en Argentina, Hispanoamérica y el mundo.

Esta semana los medios digitales se centraron en dos temas principales: el Vaticano afirmó que el Papa no irá a Argentina en 2018 y la 43 Peregrinación Juvenil a Luján.

Tras el descarte de la visita de Francisco a Argentina el año que viene, La Nación rotuló: "El Vaticano confirmó que el papa Francisco no viajará a la Argentina en 2018". El mismo medio tituló en una nota de Santiago Dapelo: "El Gobierno, sobre la decisión del Papa de no venir al país en 2018: 'Cuando él lo defina, lo recibiremos con los brazos abiertos'". "Somos respetuosos de sus decisiones, él sabrá cuándo es el momento oportuno para regresar", dijeron fuentes oficiales de la Secretaría de Culto. En otra noticia de Elisabetta Piqué este diario tituló: "Mariano Fazio: 'Comprendo que Francisco no viaje a la Argentina; hay un clima muy caldeado'". El sacerdote argentino, número dos del Opus Dei en el mundo, respalda la decisión del Papa y dice que el país necesita reconciliación. Clarín tituló: "El Vaticano confirmó que el Papa 'no tiene previsto' visitar Argentina en 2018". Lo dijo el portavoz Greg Burke. "La visita está próxima", había afirmado el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli. En una columna de opinión de Sergio Rubin, el mismo medio destacó: "Las razones por las que el Papa Francisco no viene en 2018". No es por diferencias con el Gobierno de Macri sino con los dichos de la Iglesia en Argentina. Seguramente, muchos argentinos vincularán el desmentido del Vaticano de este viernes acerca de que el Papa Francisco "no tiene previsto" visitar su país el año que viene como una confirmación de que el pontífice no simpatiza con el presidente Mauricio Macri. Pero, en verdad, la precisión formulada por el vocero papal, Greg Burke, no tiene nada que ver con el gobierno, sino con recientes declaraciones de los principales referentes de la Iglesia en el país, que consideraron que el viaje estaba próximo. Esto, según pudo establecer Clarín en medios vaticanos, fue tomado como una presión –que se suma a una serie de artículos periodísticos que hasta arriesgaron fechas- cuando todavía para el pontífice y la Santa Sede no están dadas las condiciones para concretarlo. Nuevamente este medio, pero en una nota de Julio Algañaraz rotuló: "Viajar a la Argentina, un problema para la interna del Papa en el Vaticano". Argentina es el único país donde el Papa teme sufrir una contestación desencajada, que puede incluir gestos violentos y peleas callejeras, además de poner su cabeza en la picota de polémicas a grito pelado. Una situación semejante significaría para Jorge Bergoglio un daño letal de imagen. El escándalo terminaría por teñir malamente la visita, aunque acudan masas de fieles a homenajearlo y pedir su bendición. Infobae destacó en una nota de Martín Dinatale: "El Gobierno recibió con sorpresa y desilusión el anuncio de que el Papa no tiene previsto visitar la Argentina en 2018". El embajador argentino ante la Santa Sede, Rogelio Pfirter, se enteró por la prensa. En Casa Rosada creen que la aclaración que salió del Vaticano fue un mensaje hacia adentro de la Iglesia local. Perfil tituló: "El Vaticano confirmó que Francisco no visitará Argentina en 2018"

Sobre la 43 Peregrinación Juvenil a Luján, La Nación tituló: "Peregrinación a Luján: una multitud participó de la procesión bajo una fuerte lluvia" y "Peregrinación a Luján: Mario Poli llamó a la unidad y pidió 'renunciar a todo gesto de violencia'". Miles de personas llegaron alrededor de las 6 de la mañana a la Basílica; el cardenal Mario Poli llamó a la unidad de los argentinos. Clarín rotuló: "Una multitud peregrinó a Luján bajo la fuerte lluvia" y "En Luján, el cardenal Poli pidió renunciar a 'todo gesto de violencia e intolerancia'". Más de un millón de fieles caminaron los 60 kilómetros que unen Liniers y la Basílica durante una noche en la que hubo tormentas y granizo. Infobae destacó en sus titulares: "Peregrinación a Luján: cientos de fieles marchan hacia la basílica" y "La masiva peregrinación a Luján, desde el drone de Infobae", mientras que Perfil: "Luján: Poli llamó a la 'unidad' a la multitud que peregrinó bajo la lluvia". El cardenal Poli insistió en pedir a la Virgen esa paz que, aseguró, se necesita "en las familias" y "en nuestros trabajos, en nuestras oficinas, en nuestras escuelas, en nuestras universidades". 

En otro orden de cosas, La Nación tituló en una nota de Loris Zanatta: "Curas K, otra vez el mito de la nación católica". La carta de un grupo de sacerdotes kirchneristas "ante las próximas elecciones legislativas" dió mucho de qué hablar. No tanto por la originalidad de su contenido, sino por su violencia. La Argentina que describen es un país dominado por un gobierno opresor, explotador, vendepatria. Como si el tiempo se hubiera detenido, el texto recuerda los mediocres panfletos que se distribuían en los años 70. Tiene, sin embargo, algo inquietante: revive miasmas que se creían borrados, pero que aparentemente se siguen incubando en algunos ambientes; los miasmas del mito de la nación católica. Un cristiano, dicen, "no puede darle el voto a un gobierno como éste". Qué raro: hace décadas que ningún episcopado pretende imponer a los fieles un específico comportamiento electoral. Por respeto a la autonomía política de los creyentes, porque la Iglesia reconoce que ningún orden político corresponde al Reino de Dios, porque tales formas de clericalismo alimentan el anticlericalismo. Pero no: los curas k pretenden decirles a los cristianos a quién no votar para ser cristianos. Como si les tocara a ellos establecerlo. Perfil rotuló: "Tradicionalistas católicos ya agitan el fantasma del 'impeachment' a Francisco". Tras la acusación de errores interpretativos formulada por sectores ultraconservadores sobre una encíclica, hay quienes ven en esto el primer paso hacia su caída del pontificado. Más allá del terremoto político que desató aquí al anunciar que no vendrá en 2018, como se había especulado, el papa Francisco enfrenta en el Vaticano una auténtica rebelión. 

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