Obispo de Nicaragua, que intentó mediar en el diálogo nacional, se irá temporalmente al Vaticano tras recibir constantes amenazas de muerte

El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, confirmó que se irá temporalmente al Vaticano para colaborar con Francisco después de las celebraciones de Semana Santa. "A lo largo de estos meses recibí constantes amenazas de muerte y se lo dije al Papa, mi vida estuvo constantemente amenazada, pero nada de eso detuvo mi ministerio, ni para seguir con el Evangelio y seguir haciendo críticas constructivas", aseguró Baéz, tras indicar que incluso supo de un plan para asesinarlo por alerta de la Embajada de Estados Unidos en Nicaragua. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Agencias.

"NO PEDÍ SALIR, ME LLAMÓ EL PAPA".

EFE.

El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, que fue uno de los mediadores del diálogo nacional que no prosperó, confirmó que se irá temporalmente al Vaticano para colaborar con Francisco después de las celebraciones de Semana Santa, durante una conferencia de prensa, el miércoles 10 de abril, tras revelar que recibió diversas amenazas de muerte -por denunciar la crisis sociopolítica en Nicaragua desde hace casi un año- y que incluso supo de un plan para asesinarlo. En julio de 2018, grupos paramilitares agredieron al cardenal Leopoldo Brenes, al nuncio Waldemar Somertag, y a otros obispos, entre ellos a Báez. 

"A lo largo de estos meses recibí constantes amenazas de muerte y se lo dije al Papa, mi vida estuvo constantemente amenazada, pero nada de eso detuvo mi ministerio, ni para seguir con el Evangelio y seguir haciendo críticas constructivas. No pedí salir, me llamó el Papa", afirmó Báez, al indicar que fue alertado por el Departamento de Política de la Embajada de Estados Unidos en Nicaragua, según sostuvo EFE. "Recibí una llamada del departamento de Política de la Embajada de Estados Unidos para decirme que tenían plena certeza que había un plan para asesinarme, que tuviera cuidado porque iba a ocurrir en los próximos días", ratificó, según 'La Prensa'. 

El prelado indicó que incluso le dijeron "dónde podía ser, cómo podían estar vestidos y que iban a ejecutar tal acción y que tomara mis precauciones". "Continuamente hay drones encima de mi apartamento, en el Seminario. De una vez motorizados rodean el Seminario y entraron al parqueo. La cantidad de amenazas por teléfono es incontable. Cambié mi número 4 veces en menos de un año. Esto nos obligó a tomar medidas de emergencia, seguridad en el Seminario", precisó.