Condenan a muerte a un cooperante checo por ayudar a cristianos perseguidos en Sudán

El cooperante checo Petr Jasek fue condenado a muerte por el gobierno de Sudán, tras acusarlo supuestamente de conspirar contra el Estado. El motivo real de su condena fue profesar la fe cristiana y recolectar testimonios de la persecución que padecen los fieles en ese país. Desde noviembre de 2015, se encuentra encarcelado en terribles condiciones, como la mayoría de los cristianos perseguidos. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Actuall.

PLANEAN EJECUTARLO LO ANTES POSIBLE.

El cooperante checo Petr Jasek, que ayudó a cristianos en Sudán  fue condenado a muerte por el gobierno de Sudán, quienes planean ejecutarlo lo antes posible, tras acusarlo supuestamente de conspirar contra el Estado, cuando el verdadero motivo fue profesar la fe cristiana y haber recolectado testimonios de la persecución que padecen los fieles en ese país. Desde noviembre de 2015, se encuentra encarcelado en terribles condiciones, como la mayoría de los cristianos que sufren persecución religiosa en Sudán. Jasek fue acusado, junto a dos pastores y un activista cristiano sudanés, de al menos siete crímenes penalizados con la muerte: entre ellos financiar movimientos rebeldes, espionaje y conspirar contra el gobierno. 

Su condición de cristiano fue clave para ser condenado. Luego de la separación de Sudán del Sudán del Sur, el presidente Omar Al Bashir, un islamista acusado por crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y genocidio, prometió que el país se volvería más islámico que nunca, por lo que afirmó que la cambiaría la constitución actual por una mucho más cercana a la sharia. El acusado, que trabaja como médico desde hace 20 años y 10 como administrador de su hospital, decidió ayudar a los cristianos perseguidos en Sudán del Sur y también a los que persigue por Boko Haram en Nigeria a través de organizaciones cristianas evangélicas como la Voz de los Mártires. 

En 2013, conoció la historia de un joven estudiante cristiano sudanés al que la policía había quemado durante una manifestación, para obligarlo a que se convirtiera al islam. Meses después, fue a Sudán a interesarse por el joven y le entregó 5.000 dólares para pagar sus gastos médicos. Cuatro días después de llegar a Sudán, fue arrestado en el aeropuerto cuando se disponía a regresar a su país. Le incautaron una computadora portátil, el celular y una cámara, con la que había recogido testimonios de la persecución que sufren los cristianos en este país. Actualmente, HazteOir.org lanzó una campaña de recogida de firmas en España para pedir su liberación, que ya suma más de 14.000 peticiones, y CitizenGo realizó lo mismo en otros países con 42.000 firmas.