Futuro cardenal Porras: «En Venezuela por imposición de una ideología sectaria, retrocedemos en todos los órdenes»

El arzobispo de Mérida, Baltazar Porras, lamentó que exista un doble discurso, es decir, "uno en la mesa, otro ante las cámaras". "Sin gestos concretos que admitan la gravedad de la situación y la búsqueda de respuestas eficaces, el camino al diálogo se hace imposible. Allí entran los temas de los presos políticos, de la libertad de expresión e información, del acoso a quienes disienten", denunció. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Entorno Inteligente.

PIDIÓ RESPETAR INSTITUCIONALIDAD SI SE QUIERE UN DIÁLOGO.

El arzobispo de Mérida, Baltazar Porras, aseveró que Venezuela "por la imposición de una ideología sectaria, en lugar de avanzar" retrocede en todos los órdenes, "principalmente en el orden moral, pues hay un quiebre en los valores que construyen: la fraternidad, la solidaridad, el respetar la pluralidad como una riqueza". El prelado es uno de los 17 que Francisco nombrará cardenales, el 19 de noviembre próximo, en el Consistorio que cerrará el Año de la Misericordia. 

"Señalar los valores trascendentes que no puede olvidar o dejar de lado ningún político, es función primordial del creyente. Toda intervención en la vida cotidiana, en el acontecer social, tiene una dimensión política: es decir, trasciende la intimidad o la privacidad. Eso resulta siempre incómodo para todo el que tiene el poder, pues lo que busca es que se le bendiga y no que se le critique. En la historia de Venezuela, desde sus inicios republicanos, ha sido una constante. Recordemos que en 1830 todos los obispos fueron expulsados", indicó, al considerar que si se establece una agenda para iniciar un diálogo lo primero que debe hacerse es "respetar la institucionalidad".

El prelado consideró que eso "está desdibujado en el país". "No existe sino un único poder que manda a los otros poderes y estos obedecen sumisamente. Resultado: falta de equilibrio, se abre el camino del abuso, de la corrupción, y de olvidar que la primera obligación de todo gobernante es servir a las necesidades de la gente. En segundo lugar, hay que dar muestras claras de que se quiere dialogar. No puede ser que exista un doble discurso: uno en la mesa, otro ante las cámaras. Sin gestos concretos que admitan la gravedad de la situación y la búsqueda de respuestas eficaces, el camino se hace imposible. Allí entran los temas de los presos políticos, de la libertad de expresión e información, del acoso a quienes disienten", denunció.