Denuncian sobre supuestos infiltrados y falsos católicos entre los peregrinos chinos en la JMJ de Cracovia

Fuentes anónimas por motivos de seguridad informaron a Asia News que Beijing tiene la intención de controlar de cerca a los jóvenes asistieron pese al bloqueo a la Jornada Mundial de la Juventud. Indicaron que el gobierno pidió a empleados de empresas chinas establecidas en Polonia que den vueltas por los lugares de la JMJ con la bandera china, acercándose a los grupos católicos para obtener la mayor información posible.

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Religión en Libertad y Asia News.

CREEN QUE FUERON ENVIADOS COMO ESPÍAS POR EL GOBIERNO COMUNISTA.

Fuentes anónimas por motivos de seguridad informaron a Asia News que Beijing tiene la intención de controlar de cerca a los jóvenes que lograron saltar el bloqueo impuesto por el gobierno chino en torno a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Cracovia. Denunciaron que el país asiático realiza trucos de la antigua época maoísta al pedir a los empleados de las empresas chinas establecidas en Polonia y a los funcionarios de diversos institutos culturales chinos que vayan a dar una vuelta por los lugares de la JMJ con la bandera china, acercándose a los grupos católicos para obtener la mayor información posible.

Indicaron que el 26 de julio pasado, uno de estos grupos hacía flamear la bandera roja con gran énfasis en la gran plaza Mariacki, dominada por la catedral dedicada a la Virgen. Cuando les preguntaron de dónde eran dijeron ser de la provincia de Hebei -bastión del catolicismo chino- y explicaron que fue "facilísimo" llegar junto a los jóvenes de todo el mundo. Sin embargo, cuando les preguntaron sobre las diócesis de proveniencia y el nombre del obispo, no sabían que responder. A la última pregunta, de quién era el sacerdote que los acompañaba, sostuvieron "no tener necesidad de uno".

Frente a ello, sostuvieron que no se trata de auténticos peregrinos de la JMJ, probablemente ni siquiera son personas de familias católicas, sino de infiltrados del gobierno chino que buscan identificar a los jóvenes del país que fueron a Polonia, quizá hacer contactos, reclutarlos, infiltrarlos, en definitiva, realizar espionaje a los católicos. En la JMJ hay 8.000 peregrinos de etnia china, pero la mayoría llegan de lugares con mayor libertad religiosa como Singapur y Taiwán, o donde hay menos control, como Macao y Hong Kong. Los de la China continental tratan de pasar desapercibidos. "Están muy tristes, y tienen miedo de lo que vaya a pasar una vez que regresen a casa. No es bonito vivir así", asegura una fuente de los católicos chinos clandestinos.