El abad Dziedzic, misionero secuestrado en la República Centroafricana, pide oraciones por los rehenes

El abad Mateusz Dziedzic, de 35 años, fue secuestrado el pasado 12 de octubre en Baboua, República Centroafricana, por un grupo armado: el Frente Democrático del Pueblo de África Central. Los seceustradores del tienen en su poder, junto al misionero, a otros 20 rehenes, centroafricanos y camerunenses. 

Autor: VenL. / Fuente: Vatican Insider

SECUESTRADOS EL 12 DE OCTUBRE POR GRUPO ARMADO.

"Estamos preocupados por su estado de salud. Desde hace algunos días tiene fiebre, probablemente se trata de malaria". El padre Miroslaw Gucwa, vicario general de la diócesis de Bouar, acaba de hablar por teléfono con el abad Mateusz Dziedzic, secuestrado el 12 de octubre en Baboua por un grupo armado: el islámico Frente Democrático del Pueblo de África Central. Los seceustradores del misionero polaco, de 35 años, también tienen en su poder otros 20 rehenes, centroafricanos y camerunenses. Probablemente secuestraron también a un occidental para fortalecer la petición de rescate de su comandante Martin Kountamandji, alias Abdoulaye Miskine, que se encuentra detenido en una cárcel de Camerún.

Las negociaciones para liberar a los rehenes, en Bangui y en Camerún, están en curso: el gobierno, la nunciatura apostólica y las Naciones Unidas están en contacto con los rebeldes, pero nadie puede decir cuándo ni cómo podrían concluir. Mientras tanto, las condiciones de salud del padre Mateusz y de los demás rehenes empeoran: "Los tratan bien, por lo que dicen", indicó el padre Miroslaw, que está en contacto telefónico con él desde hace algunos días. Probablemente se encuentran en la selva o en alguna aldea bajo el control de sus secuestradores, que efectúan llamadas telefónicas cotidianas. "Debemos hablar en francés o en la lengua local, para que sus secuestradores puedan comprender todo lo que decimos. También nos han permitido enviar algunas medicinas al padre Mateusz, mediante intermediarios", añadió el vicario general de la diócesis. Durante la estación de lluvias el clima empeora la condición física de los rehenes.

Después del secuestro del padre Matthew fueron enviados los cascos azules de la ONU a la ciudad de Baboua, sobre todo para proteger a la población y al padre Leszek Zielinski, a quien pretendían secuestrar los mismos que se llevaron al padre Mateusz. Después de una larga negociación, los ocho hombres del FDPC decidieron llevarse sólo uno de los dos misioneros. El otro no ha dejado su parroquia. El domingo pasado, el padre Mateusz celebró la misa y participaron otros rehenes. Lo narró en una de las llamadas telefónicas cotidianas al vicario general de la diócesis: "Nos pide, sobre todo, que recemos por él. Esperemos que gracias a este apoyo pueda superar un momento tan difícil. Él lo espera, y no es el único. La oración es la única esperanza también para muchos otros rehenes".