Cardenal Bo: «La mayoría de los hijos e hijas de Myanmar son pobres»

El arzobispo de Yangon, Charles Maung Bo, aseveró que "la integridad de la familia está erosionada por la pobreza en el país". "Las familias se desmoronan por falta de educación o por el conflicto armado. Durante siglos hemos vivido juntos, las diferentes religiones vivían en armonía. Pero a partir de 2010, Nuestros hermanos y hermanas, de todas las religiones y razas se ven afectados por el odio difundido por algunas franjas religiosas extremistas", lamentó. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Fides.

"NUESTROS LÍDERES NO CONTROLARON EL ODIO DE LOS EXTREMISTAS".

El cardenal y arzobispo de Yangon, Charles Maung Bo, lamentó que "la mayoría de los hijos e hijas de Myanmar son pobres" y denunció que los gobernantes "no estuvieron a la altura de las expectativas como padres", dado que se convirtieron en favorecedores de un "capitalismo clientelar, como el Papa advirtió en América del Sur, en una economía que tiene como único motivo el beneficio".

"Nuestra economía está rompiendo a las familias. Nos han hecho pobres, y la integridad de la familia está erosionada por la pobreza en el país. La mayoría de los hijos e hijas de Myanmar son pobres. El último censo proporciona un doloroso 40 % de la población que vive por debajo del umbral de la pobreza y en los estados de Chin y Rakine la pobreza llega hasta el 70. Las familias se desmoronan por falta de educación, por las amenazas de las drogas, o por el conflicto armado. Durante siglos hemos vivido juntos como hermanos y hermanas. Las diferentes religiones vivían en armonía. Pero a partir de 2010, nuestros líderes no han podido controlar las manifestaciones de odio difundidas por algunas franjas religiosas extremistas. La guerra se extiende en varias partes del país. Nuestros hermanos y hermanas, de todas las religiones y razas se ven afectados por este odio", alertó Bo.

Frente a esta situación, el prelado realizó un llamado a los líderes de la Nación para revertir la pobreza. "Se espera que nuestros líderes sean buenos padres para toda la nación. En nuestra cultura, los padres son venerados como divinidades. Según nuestras tradiciones, nuestros líderes tienen el derecho y el deber de promover el bienestar de todos. Durante 50 años, en los oscuros días de la dictadura, la gente no tenía familia. Cuando llegó la democracia, esperábamos que trajese el espíritu de familia a todos. Hay grandes expectativas puestas en nuestros líderes: la nación los mira para hacer de este país una verdadera familia", aseguró.