Obispos de República Democrática del Congo denuncian que ante bases de adiestramiento para yihadistas «la ONU observa sin intervenir»
Los prelados congoleños aseveraron que que viven "un clima de genocidio, un nido de fundamentalismo yihadista y un proceso de balcanización".
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Fides.
"EL ESTADO DEJA QUE SE DEGENERE LA SITUACIÓN".
Francisco con los obispos de la República del Congo.
Los obispos de Bukavu, este de la República Democrática del Congo, denunciaron que hay tres bases de adiestramientos para yihadistas, pero "la ONU observa sin intervenir", en un mensaje publicado al final de su asamblea. Expresaron que viven "un clima de genocidio, un nido de fundamentalismo yihadista y un proceso de balcanización".
Los prelados lamentaron que en su provincia eclesiástica "muchos grupos armados se comportan como depredadores contra la población que está abandonada a su suerte" y revelaron la instalación en el macizo de Ruwenzori de "facciones que inyectan su espíritu yihadista a sus reclutas que entrenan para el terrorismo internacional". "Su base está formada por personas de diferentes nacionalidades que se han asentado en los campos de entrenamiento llamados Medina, Canadá y Parking Kaza Roho. Se han unido jóvenes congoleños, engañados por los reclutadores sin escrúpulos que les prometen becas de estudio para Oriente Medio, Europa y Canadá. La comunidad internacional se limita a observar con sus aviones no tripulados, drones utilizados por la Misión de la ONU", aseveraron.
"¿Tendremos que esperar a que la situación se degenere para que esta misma comunidad internacional lance un diluvio de fuego sobre la región, con el pretexto de luchar contra el yihadismo? Estamos indignados por el silencio sobre los tres padres asuncionistas secuestrados el 19 de octubre de 2012 ¿Están vivos o muertos? El Estado deja que se degenere la situación en el este. Tenemos dificultades para entender las ambigüedades, la prevaricación y paradojas de nuestro gobierno", sostuvieron en el documento. Además, pidieron al Estado congoleño y a la comunidad internacional que tome medidas para proteger a las poblaciones.