Habilitan plataforma para denunciar lugares que realizan abortos en Argentina
Cada semana les ofreceremos en esta sección lo más destacado de lo publicado la última semana por los medios digitales argentinos Infobae, La Nación, Clarín y Perfil sobre el Papa y sobre la vida de la Iglesia en Argentina, Hispanoamérica y el mundo.
Esta semana los medios digitales se centraron dos temas principales: una organización provida habilita plataforma para denunciar abortos y las repercusiones por la Misa para líderes sindicales y kirchneristas en la Basílica de Luján.
Sobre el sitio para denunciar centros de abortos en Argentina, Clarín rotuló: "Habilitan una plataforma web para denunciar abortos clandestinos". Se puede realizar de forma anónima. Quieren realizar un mapa de las zonas en las que este delito prolifera. Luego del intenso debate sobre el aborto, la Fundación +Vida, que ha tenido un rol dirigencial muy activo en la militancia provida, redobló la apuesta y acaba de lanzar una plataforma virtual para realizar denuncias sobre lugares donde se realizan abortos clandestinos. Para acceder al centro de denuncias hay que ingresar a la página de la organización, y dejar allí los datos de los que se tenga conocimiento. La Nación destacó en su titular: "Una organización Pro Vida lanzó una plataforma para denunciar abortos". Meses después de que la ley que buscaba la legalización del aborto en la Argentina no consiguiera su victoria en el Senado, un grupo Pro Vida llamado Fundación +Vida lanzó una plataforma virtual para denunciar prácticas de interrupción de embarazos. El objetivo de la herramienta es confeccionar un "mapa del delito del aborto". La dirigente de esa organización no gubernamental Ayelén Alancay defendió la iniciativa al sostener que apunta a terminar con el "flagelo" del aborto.
Tras las repercusiones por la Misa en Luján, La Nación tituló: "El arzobispo Radrizzani despegó al Papa de la misa con los Moyano: 'No tuvo ninguna injerencia'". "Nunca tuve la intención de apoyar ni a un partido, ni a una ideología, ni a personas concretas", dijo. El arzobispo Agustín Radrizzani, que ofició la Misa del sábado pasado en Luján con líderes sindicales y kirchneristas, despegó al Papa Francisco de la organización de la celebración en la que se pidió cambiar el rumbo económico. "No ha tenido ninguna injerencia, la decisión de realizar la celebración fue mía", aclaró Radrizzani a través de un comunicado. Perfil destacó en sus titulares: "Radrizzani desligó a Francisco de la misa en Luján: 'El Papa no tuvo injerencia'" y "Movimientos sociales negaron recibir órdenes de Francisco". "Francisco no nos dirige a nosotros. Podemos tener consenso con la Iglesia y trabajar juntos en determinadas cosas. Hay cosas que se dicen para descalificar al Papa, que él nos maneja a las organizaciones. Somos independientes, más allá de que podamos tener algún acuerdo con él porque tuvimos relación cuando era Bergoglio en los barrios populares" precisó el dirigente Juan Alderete. Clarín destacó en una nota de Sergio Rubin: "Grieta en la Iglesia por la cercanía de algunos obispos con Moyano". Los críticos consideran imprudente la actitud de Radrizzani porque a su juicio deja pegada a la Iglesia con un sector que cuestiona severamente la política económica del Gobierno y hasta se enrola en una dura oposición. La Iglesia ya venía escaldada porque el miércoles, tras el pedido de detención de Pablo, el presidente de la comisión de Pastoral Social – y severo crítico del Gobierno-, el obispo de Lomas de Zamora, recibió a su padre, un hecho que se leyó como un apoyo eclesiástico a los Moyano. De poco sirvió que la comisión saliera a negarlo y a aclarar que el encuentro estaba previsto desde hacía tiempo. Infobae rotuló: "Tensión entre la Iglesia y el Gobierno: prudencia táctica y nuevos nubarrones" y "Misa de Luján: el centro es la oración del pueblo". "El Papa tiene tantos asuntos graves para atender y acciones para acompañar en la construcción de la dignidad en las vidas de miles para decidir… mirá si se va a meter en los dimes y diretes de la misa en Luján como la del sábado pasado". Esta frase, en boca de Eduardo García, obispo de San Justo, Argentina, y padre sinodal elegido por el mismo Francisco para el actual Sínodo de los Jóvenes que esta semana entra en su recta conclusiva y se está concretando en el Vaticano, tiene la contundencia de la argumentación sólida, fundamentada y conocedora.
En otro orden de cosas, La Nación tituló: "A 100 años del fusilamiento de Dios, 7 de cada 10 rusos se reconocen cristianos". El Estado soviético de Vladimir Lenin puso una Biblia en un banquillo de los acusados y juzgó a Dios acusándolo de crímenes contra la Humanidad. Hoy, un siglo después de aquella "ejecución", y pese a 70 años de ateísmo estatal en el medio, 7 de cada diez rusos se reconoce cristiano y toda la sociedad rusa está impregnada de un espíritu religioso poco frecuente hoy día en Occidente. "El pueblo ruso fue históricamente muy religioso. Basta con mirar los grandes autores como Dostoyevski o Tolstoi. Por lo cual, la fe tiene aquí profundas raíces que 70 años de comunismo no lograron quitar, y que ahora reverdecieron", explicó a La Nación el padre Daniele Sollazzo, un sacerdote católico italiano diplomado en Historia y Literatura Rusa, perteneciente a la congregación de Verbum Dei, que desde hace 16 años dirige la parroquia de habla hispana en Moscú.