Nuestra patria es el cielo
Las meditaciones que presento quieren ser una lectura del Catecismo en clave de meditación, de diálogo o charla con el Señor. Escuchando el pedido de san Juan Pablo II, escribo esta adaptación de su Catecismo para llevarlo a la oración.
Querido Señor:
San Cirilo y san Agustín coinciden en afirmar que “el cielo” donde está Dios… se encuentra relacionado con el corazón de aquellos justos donde Él habita como en su templo. Los que oramos, también queremos ser imagen de Dios y que Él resida en nosotros…
El cielo es nuestra patria. De allí hemos sido desterrados por el pecado. Y allí es donde queremos volver con tu gracia, Señor. Vos conseguiste reconciliar el cielo y la tierra; bajaste del cielo y nos invitás a subir con Vos, por medio de tu cruz, de tu resurrección y ascensión. Estamos pasando la vida en la tierra pero somos ciudadanos del cielo y hacia allí estamos peregrinando.
Desde hace unos años participo de la peregrinación anual de jóvenes a Luján, el primer sábado del mes de octubre. Son 58 km; nunca logré hacerla, a pie, entera; pude caminar hasta 40 km. Descubrí el “peregrinar” con la película “The way” (El camino), con la actuación de Martin Sheen y la dirección de su hijo Emilio Estevez, sobre el camino de Santiago, en España. Recomiendo vivamente el film…
La peregrinación es un retiro espiritual. Un tiempo de oración y mortificación. El cansancio intensifica la oración… Hace unos pocos años, después de la elección del Papa Francisco, la multitud creció… Se dice que cada año van más de un millón de personas; pues parece este año fueron el doble de peregrinos… Todos hacia la Virgen, con el corazón en Dios… un camino al cielo, rodeado de pecadores arrepentidos que buscamos el amor y el consuelo…
La semana pasada volví a peregrinar a Luján. Fui a rezar por mi patria terrena. El sacrificio (el agotamiento) es enorme. Siempre termino diciendo que es la última vez. Hoy sigo pensando lo mismo. Veremos qué pasa el año que viene…
Es conmovedor ver a los peregrinos (aunque muchos no van rezando y escuchan música bullanguera). También me impresionó el verlos dentro de la Basílica descansando, acurrucados en frazadas por el frío. Pensé: la casa de la Virgen es un muy buen lugar para encontrar el calor que necesitamos. Nuestra Madre debe estar muy emocionada viendo este espectáculo… Madre, te pido por la Argentina, te pido por los argentinos y, especialmente, por el que más querés: por el papa Francisco.