3 beatas, mártires de la Guerra Civil Española
En España, el 5 de septiembre pasado, el cardenal Angelo Amato presidió en la Catedral de Gerona la ceremonia de beatificación de las monjas Fidela Oller, Josefa Monrabal y Facunda Margenat, mártires en la persecución religiosa durante la Guerra Civil Española, que fueron ejecutadas sólo ser católicas y consagrar su vida a Dios.
Las religiosas Fidela Oller, Josefa Monrabal y Facunda Margenat fueron ejecutadas sólo por católicas, entre 1931 y 1939, durante la Guerra Civil Española. Durante ese período, fueron asesinados 12 obispos, más de 4000 sacerdotes, 2365 religiosos, 283 religiosas, e innumerables cantidades de laicos católicos. Las 3 monjas forman parte de esa trágica cifra, producto de la persecución religiosa perpetrada por milicias anarquistas e izquierdistas en España.
El odio y la violencia de estos grupos masacraron a las hermanas que brindaban asistencia corporal y espiritual a los enfermos, tal como indica el carisma del Instituto San José de Gerona, congregación a la que ellas pertenecían. Fidela Oller ingresó al Instituto religioso para consagrar su vida a Dios cuando tenía 17 años, en 1886. Cuido enfermos con dedicación en varios hospitales. Fue superiora en diversas comunidades. El 30 de agosto de 1936 fue arrestada y martirizada por los milicianos en el camino de Xeresa, Valencia. Josefa Monrabal eligió la vida consagrada a los 27 años, en 1928. Fue destinada a la comunidad de Villarreal, en Castellón de la Plana, para el cuidado de los enfermos a los que servía con mucho amor y dedicación. "Me gustaría ser mártir y ofrecer mi vida por la conversión de los pecadores si esa es la voluntad de Dios", afirmaba Josefa. Fue expulsada violentamente de la comunidad en 1936. Luego buscó refugio en la casa de su hermano. Allí, fue arrestada y martirizada junto a Fidela. Ambas fueron ejecutadas el 30 de agosto de 1936. Josefa tenía 35 años, y Fidela 67.
Facunda Margenat ingresó en el Instituto de Religiosas de San José de Gerona a los 18 años, en 1894. Pasó por varias comunidades siempre al servicio de los enfermos. Durante la persecución religiosa vivía en Barcelona. "Deseo dar la vida por la conversión de estos que persiguen a Dios y a la Iglesia", aseguró frente al desorden del país. Tras ser expulsada de la comunidad donde residía, Facunda estuvo refugiada con la familia de un enfermo que asistía. Días después fue denunciada por la portera del edificio y allí, la buscaron para asesinarla la noche del 26 al 27 de agosto. "Nuestras Mártires Fidela, Josefa y Facunda tienen en común: un gran amor a Jesús demostrado en las cosas pequeñas de cada día. La misericordia hecha servicio a los enfermos que les confiaban y el deseo de dar su vida por Cristo y por la conversión de los enemigos de la fe cristiana. Demos a conocer sus vidas para que, además de modelos a seguir en nuestras vidas diarias, sean intercesoras por el mundo que hoy sufre a causa de las guerras, persecuciones y enfermedades que destruyen el gran regalo de la creación y de la vida humana", sostuvo la actual superiora general del Instituto de Religiosas de San José de Gerona, María Carmen García, sobre las monjas que fueron beatificadas.
El 23 de enero de 2015, Francisco firmó el Decreto de Martirio que reconoce el hecho martirial de nuestras Hermanas, que permitió luego que sean declaradas beatas. La celebración solemne de la beatificación fue presidida por el cardenal Angelo Amato, en la Catedral de Girona, el 5 de septiembre pasado, durante el año de la Vida Consagrada. "La beatificación de las hermanas significa para nosotros: La urgencia de ser testigos de Jesucristo y de su propuesta de Salvación en todo momento y muy especialmente en las dificultades; la comunión con todas las Iglesias y sus miembros que hoy sufren persecución y martirio a causa de su fe cristiana; y valorar la misión que la Institución de las hermanas de San José han realizado y realizan con los enfermos aliviándoles el dolor y sembrando la paz en sus corazones en Europa, Latino América y África", sostuvo el obispo de Gerona, sobre la beatificación de Fidela, Josefa y Facunda.
Las mártires beatas Fidela y Josefa fueron asesinadas en Xeresa, Valencia, mientras que Facunda, fue ejecutada en Barcelona, ciudad en la que se encontraba en el momento de su muerte. Ellas entregaron sus vidas por Cristo, hasta alcanzar el martirio. Fueron masacradas por el odio y la violencia de grupos anarquistas e izquierdistas, por comprometer sus vidas para servir al Evangelio, a Cristo y a la Iglesia.