Sacerdote de África: «En este tiempo de crisis, la familia se convierte hoy en el lugar sagrado donde vivir el misterio de Dios»
El teólogo marfileño de la Sociedad de Misiones Africanas, Donald Zagore, consideró que "con el confinamiento de las personas en sus hogares, un retorno al modelo eclesiológico de la familia como 'iglesia doméstica' es más que necesario". "Hoy, debemos permanecer enfocados en la esencia del problema, que consiste esencialmente en trabajar y orar por una solución que pueda salvar a nuestra humanidad de esta tragedia. En nombre de nuestra fe, el mal no puede tener la última palabra en la vida de las personas. Dios es más fuerte", explicó.
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Fides.
HABLÓ DE LA SITUACIÓN DEL CRISTIANISMO FRENTE A LA PANDEMIA.
El teólogo marfileño de la Sociedad de Misiones Africanas (SMA), Donald Zagore, reflexionó que "en este tiempo de crisis vinculada al coronavirus, la familia se convierte hoy en el lugar sagrado por excelencia, donde recibir y vivir el misterio de Dios", al sostener que "Cristo se encarnó en una familia, convirtiendo a la Sagrada Familia en la primera iglesia doméstica", frente a la crisis y la prueba que supone el coronavirus para el cristianismo en África.
"El modelo pastoral africano de hoy sigue vinculado a las comunidades eclesiales de base, surgidas de la imposibilidad de los cristianos en Hispanoamérica para reunirse normalmente, en estructuras tradicionales para el culto divino -parroquias, catedrales, basílicas- debido a la persecución de los cristianos por los poderes políticos. El cristianismo tradicional, con sus estructuras, se había convertido en una especie de cristianismo sin iglesias", precisó Zagore, que consideró que "con el confinamiento de las personas en sus hogares, un retorno al modelo eclesiológico de la familia como 'iglesia doméstica' es más que necesario".
Afirmó que "la tragedia de COVID-19 debe acercarnos los unos a los otros" y que "la humanidad ganará esta lucha sólo involucrándose en una fuerte dinámica de solidaridad entre la investigación científica, el apoyo material y espiritual". "Hoy, debemos permanecer enfocados en la esencia del problema, que consiste esencialmente en trabajar y orar por una solución que pueda salvar a nuestra humanidad de esta tragedia. En nombre de nuestra fe, el mal no puede tener la última palabra en la vida de las personas. Dios es más fuerte", explicó.