Francisco: «Nos unimos a los mártires del siglo XXI que nos interpelan con su testimonio a que tomemos, valientemente, el camino de las bienaventuranzas»
El Pontífice exhortó en el Monumento de los Mártires de Nagasaki en ese lugar a los cristianos perseguidos que "en diversas partes del mundo hoy sufren y viven el martirio a causa de la fe". "Recemos por ellos y con ellos, y levantemos la voz para que la libertad religiosa sea garantizada para todos y en todos los rincones del planeta", pidió el Papa. El santuario fue inaugurado en 1962, al cumplirse 100 años de la canonización de san Pablo Miki y sus 25 compañeros mártires asesinados -fueron crucificados- durante la persecución religiosa en 1597.
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.
AL VISITAR EL MONUMENTO DE LOS MÁRTIRES DE NAGASAKI EN JAPÓN.
Francisco precisó en el Monumento de los Mártires de Nagasaki que en ese lugar "nos unimos a los cristianos que en diversas partes del mundo hoy sufren y viven el martirio a causa de la fe", ellos que son "mártires del siglo XXI que nos interpelan con su testimonio a que tomemos, valientemente, el camino de las bienaventuranzas", el domingo 24 de noviembre, tras pronunciar en el Atomic Bomb Hypocenter Park un mensaje contra el uso de las armas nucleares, durante su viaje apostólico a Japón.
"Recemos por ellos y con ellos, y levantemos la voz para que la libertad religiosa sea garantizada para todos y en todos los rincones del planeta", pidió el Papa, tras incensar las reliquias y encender una vela entregada por un descendiente de los cristianos perseguidos. El santuario fue inaugurado en 1962, al cumplirse 100 años de la canonización de san Pablo Miki y sus 25 compañeros mártires asesinados -fueron crucificados- durante la persecución religiosa el 5 de febrero de 1597, tras caminar en la nieve unos 1.000 kilómetros desde Kioto. En su cruz, san Pablo Miki predicó su último sermón.
El obispo de Roma indicó que el santuario en Nagasaki anuncia la Pascua al recordar que la última palabra "no pertenece a la muerte sino a la vida" con la resurrección prometida por Jesús. "Que la Iglesia en Japón de nuestro tiempo, con todas sus dificultades y promesas, se sienta llamada a escuchar cada día el mensaje proclamado por San Pablo Miki desde su cruz, y compartir con todos los hombres y mujeres la alegría y belleza del Evangelio, Camino, Verdad y Vida", exhortó.