Cardenal Rivera: «La fe es, antes que nada, fuerza contra todo miedo y osadía para seguir creyendo»

El arzobispo de México, Norberto Rivera, reflexionó que "cuando un creyente escucha las palabras de Jesús: 'No tengas miedo', y confía totalmente en él, se siente penetrado por la fuerza de Dios para enfrentarse a los compromisos y a las dificultades que nunca y a nadie faltan en la vida". 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: SIAME.

"EL CORAZÓN DEBE ESTAR HABITADO POR UNA FE FIRME".

El cardenal y arzobispo de México, Norberto Rivera, ratificó que "la fe es antes que nada, fuerza contra todo miedo y osadía para seguir creyendo", tras afirmar que "cuando un creyente escucha las palabras de Jesús: 'No tengas miedo', y confía totalmente en él, se siente penetrado por la fuerza de Dios para enfrentarse a los compromisos y a las dificultades que nunca y a nadie faltan en la vida", durante la homilía en la catedral metropolitana, el 25 de junio pasado. 

El prelado recordó que "cuando nuestro corazón no está habitado por una fe firme, fácilmente queda nuestra vida a merced de diferentes miedos: no nos atrevemos a arriesgar nuestra posición social, nuestro dinero o nuestra pequeña felicidad, nuestro trabajo". "Nos aterroriza la posibilidad de quedarnos solos; nos da miedo hacer el ridículo, confesar nuestras verdaderas convicciones; tememos el rechazo de los demás; nos invade el temor del futuro", sostuvo, al precisar que "no es pecar de dramatismo, el constatar que crece entre nosotros el miedo social, de que somos espiados, la sospecha de todo, la inseguridad, y la necesidad de defenderse y buscar cada uno su seguridad en la vida".

Rivera aseguró que "es bueno que busquemos la renovación profunda de las estructuras e instituciones que nos pueden dar seguridades, para que sean capaces de resolver los problemas actuales, pero no basta, ya que la superación del miedo no es sólo ni principalmente cuestión de cambio de instituciones o estructuras, las cuales seguirán siendo humanas y por lo tanto frágiles y cambiantes", puesto que "necesitamos encontrar una razón para vivir, una confianza para morir; necesitamos la fe".