Cardenal Sarah: «Nuestro mundo moderno vive un alejamiento práctico de Dios»

El prefecto de la Congregación para el Culto Divino, Robert Sarah, advirtió que "la liturgia es la que más sufre por la reducción secularista que ocurre también dentro de la Iglesia". "Se piensa que el hombre de hoy pueda creer mejor si le proponemos una fe que no se funda tanto sobre la revelación de Cristo y la tradición de la Iglesia, sino sobre las exigencias del hombre moderno", advirtió. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.

"TRANSFORMAN NUESTRAS EUCARISTÍAS EN GRANDES ESPECTÁCULOS".

El cardenal y prefecto de la Congregación para el Culto Divino, Robert Sarah, aseveró que "no es un misterio que nuestro mundo moderno vive de hecho un alejamiento práctico de Dios", y precisó que "aún más doloroso es constatar cómo esta superficialidad, esta impiedad injuriosa hacia Dios y hacia la persona humana haya entrado también en la Iglesia", durante la presentación de la edición en alemán de su libro 'La fuerza del silencio', el 25 de mayo pasado. 

Sarah afirmó que "la liturgia es la que más sufre por la reducción secularista que ocurre también dentro de la Iglesia". "A veces tengo la impresión de que esta secularización ha entrado también en la Iglesia y consiste exactamente en el reducir la fe a nuestra medida humana. Se piensa que el hombre de hoy pueda creer mejor si le proponemos una fe que no se funda tanto sobre la revelación de Cristo y la tradición de la Iglesia, sino sobre las exigencias del hombre moderno, sobre sus posibilidades y mentalidad", advirtió. 

"¿Escuchamos hablar de fe, vida eterna, comunión con la persona de Cristo, de pecado como ruptura y rebelión contra Dios en nuestras homilías? O se intenta quizá cancelar todos estos gestos que no parecen 'comprensibles' al hombre de hoy, sustituyéndolos con un río de palabras que transforman nuestras Eucaristías más que en celebraciones, en grandes espectáculos, en cuyo centro hay un hombre cerrado en sus problemas y en sus criterios", precisó, al indicar la importancia del silencio "en el cual Dios pueda hablar y ser escuchado".