Francisco prohíbe esparcir cenizas de difuntos y conservarlas en el hogar
El Papa, a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aclaró que "no está permitida la conservación de las cenizas en el hogar", y que "no sea permitida la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua, o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos".
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: ACI Prensa.
"SEAN SEPULTADOS".
La Congregación para la Doctrina de la Fe ha publicado un nuevo documento en el que se recuerdan las normas sobre la sepultura de los muertos y sobre todo la conservación de las cenizas. En él se prohibe esparcir cenizas de difuntos "en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma" y conservarlas en el hogar "en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos", y se explican "las razones doctrinales y pastorales para la preferencia de la sepultura de los cuerpos" y la necesidad de conservación adecuada de las cenizas en el caso de cremación.
"Si es verdad que Cristo nos resucitará en el último día, también lo es, en cierto modo, que nosotros ya hemos resucitado con Cristo. Gracias a Cristo, la muerte cristiana tiene un sentido positivo. Siguiendo la antiquísima tradición cristiana, la Iglesia recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en los cementerios u otros lugares sagrados. En la memoria de la muerte, sepultura y resurrección del Señor, misterio a la luz del cual se manifiesta el sentido cristiano de la muerte, la inhumación es en primer lugar la forma más adecuada para expresar la fe y la esperanza en la resurrección corporal. Enterrando los cuerpos de los fieles difuntos, la Iglesia confirma su fe en la resurrección de la carne, y pone de relieve la alta dignidad del cuerpo humano como parte integrante de la persona con la cual el cuerpo comparte la historia", indica el documento.
La Congregación para la Doctrina de la Fe indica que no se pueden permitir "actitudes y rituales que impliquen conceptos erróneos de la muerte". "La sepultura en los cementerios u otros lugares sagrados responde adecuadamente a la compasión y el respeto debido a los cuerpos de los fieles difuntos, favorece el recuerdo y la oración por los difuntos por parte de los familiares y de toda la comunidad cristiana, y la veneración de los mártires y santos. La Iglesia sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos, porque con ella se demuestra un mayor aprecio por los difuntos; sin embargo, la cremación no está prohibida, 'a no ser que haya sido elegida por razones contrarias a la doctrina cristiana'".