Clausuran en Avellaneda-Lanús el Año de Santa Teresa, copatrona de la diócesis
En el marco del cierre del Año Jubilar Teresiano, el obispo de la diócesis de Avellaneda-Lanús, Monseñor Rubén Oscar Frassia, presidió el pasado 15 de octubre una Celebración Eucarística en honor a Santa Teresa de Jesús, copatrona de la diócesis, en la Capilla homónima, junto al clero diocesano. Bajo el lema "Santa Teresa, hija de la Iglesia, discípula y maestra", el prelado invitó a "volver a la oración silenciosa, vocal, a la jaculatoria, al Rosario".
Autor: Andrea Morán. / Fuente: Redacción VenL.
EN EL V CENTENARIO DE SU NACIMIENTO.
El obispo Frassia resaltó durante su homilía las virtudes de Santa Teresa e invitó a los fieles a "entrar… en el espíritu de esta mujer… que estaba enamorada de Jesucristo… No amaba una idea, no amaba una ideología, no amaba un pensamiento: amaba a la persona de Cristo Jesús. Lo amaba en toda su realidad, en toda su historicidad. Es el Hijo de Dios y es el Hijo de María Virgen. Y en Él podía poner ella toda su confianza. De allí brota toda la fuerza del apostolado… Tenemos que tomar la decisión de imitarla".
El prelado resaltó la vida de fe de la santa, al afirmar: "Teresa creía en este Jesús, que no es un pasado arcaico. Al contrario; nos marca en este hoy que tenemos que vivir. Jesús está gloriosamente resucitado, está vivo en medio de nosotros. Si nosotros llegamos a tener esa fe, ¿cómo nuestras vidas van a ser tan opacas, cómo nuestro trato va a ser tan superficial, cómo no vamos a enriquecernos en lo humano, cómo no vamos a considerar a los demás como hermanos? Jesús, el Hijo de Dios, viene a humanizarnos, a completarnos, a enriquecernos y a comprometernos. Por eso la presencia de Cristo, que hace la voluntad del Padre, es la fuente de nuestra misión y de nuestro apostolado".
Asimismo pidió la intercesión de Santa Teresa, "esta mujer que vivió intensamente la oración" para "volver a profundizar en la oración silenciosa, vocal, la jaculatoria, el Rosario, la contemplación de algún misterio; mirar a Jesús, el crucificado, mirar a la Virgen su Madre, de tantas maneras, resaltando que "la oración nos lleva a sortear las dificultades, a edificarnos, a vivir una vida más intensa…, porque Cristo tiene que ser el centro de nuestra vida".
Finalmente recordó que "la vida tiene que estar sostenida por la fe, por eso tiene que incidir" en la vida social y acrecentar la "pertenencia a la Iglesia, en la identidad y el compromiso". Y pidió: "Que tengamos un corazón abierto y que Santa Teresa, que sigue viviendo en medio de nosotros, nos siga ayudando a vivir con pasión, con audacia, con alegría, con entrega y con sacrificio".
Al finalizar la celebración el intendente municipal hizo entrega a las Hermanas de la Comunidad Carmelita de la diócesis de la bandera del Partido de Lanús, bendecida por el Papa Francisco.