Retiran pase de prensa en Sínodo de la Familia a sacerdote sin darle explicaciones
La semana pasada fue retirada la autorización de prensa al sacerdote Nicholas Gregoris, que llevaba 15 años cubriendo noticias en el Vaticano. La revocación llegó tras su réplica a un arzobispo que aseguró, en conferencia de prensa del pasado 6 de octubre, que "será debatida en los Círculos Menores" si "es una cuestión de doctrina o de disciplina" la comunión de los divorciados en nueva unión. También se le canceló su credencial a un periodista de una revista católica estadounidense.
Autor: VenL. / Fuente: InfoCatólica.
LLEVA 15 AÑOS COMO REPORTERO EN EL VATICANO.
Las declaraciones del arzobispo Paul-Andre Durocher llegaron en respuesta a la pregunta de un periodista sobre si la comunión de los divorciados en nueva unión concierne a la disciplina de la Iglesia o a la doctrina. "Para ser sincero, puede que haya diferencias de opinión a ese respecto", dijo Durocher. "Seamos sinceros. ¿Es una cuestión de doctrina, o de disciplina? Creo que esa va a ser, probablemente, una de las cuestiones que será debatida en los círculos menores". Y añadió en tono jocoso: "Si quiere doctrina, lea a Denzinger".
Cuando el arzobispo Durocher salía de la conferencia de prensa, el padre Nicholas Gregoris se acercó a él y le preguntó sobre sus declaraciones. "Le dije que creo que es muy peligroso afirmar que la Iglesia puede cambiar sus enseñanzas sobre divorcio y comunión", reveló el padre Gregoris a 'LifeSiteNews'. En concreto, el sacerdote le recordó al arzobispo que "el conciliarismo es una herejía", refiriéndose a la idea de que el consejo eclesial pueda cambiar la doctrina establecida independientemente del papa.
El padre Gregoris admitió que se encontraba "inquieto" por los comentarios del arzobispo, pero adujo que "hablar apasionadamente" no es un crimen. Según aseguran el propio sacerdote y otros testigos, el arzobispo Durocher respondió muy brevemente y se fue. "[No dijo] nada sustancial en respuesta a mis críticas", explicó el sacerdote. "Básicamente me ignoró y me dio la espalda". "Como Obispo, como alguien que forma parte del Magisterio, flaco servicio le hizo al Magisterio con sus actos", explicó. "Es embarazoso y ridículo. Deberíamos poder oír la verdad de nuestros obispos".
El pasado 7 de octubre, cuando el padre Gregoris volvía a la sala 'Stampa' para la conferencia de prensa de la una de la tarde, se le detuvo y se le indicó que debía devolver su autorización de prensa. "Me dijeron que ya no era bienvenido en la Sala Stampa y tuve que irme", contó el padre Gregoris. "No me dieron ninguna explicación", añadió. "El padre Lombardi no me dijo nada. Fueron dos representantes suyos". Dijo que fue "embarazoso", especialmente por el hecho de que él llevaba alzacuellos, y porque todo había ocurrido delante de otros colegas.
El padre Gregoris está en Roma como corresponsal freelance de 'Catholic World Report', 'Catholic Voice' de Irlanda y 'The Catholic Response', y ha escrito previamente en numerosos medios, incluído 'L’Osservatore Romano', el periódico del Vaticano. Asimismo, ha ido a Roma desde su juventud, y se doctoró en teología por una universidad romana. Fue ordenado sacerdote en 1997 y empezó a cubrir eventos en el Vaticano en 1999. Durante el Sínodo Extraordinario de la Familia, el año pasado, escribió para' Catholic News Service'.
El pasado martes, el padre Gregoris publicó un artículo en 'Catholic World Report' en el que expresó su preocupación sobre una intervención del Papa Francisco en la sala sinodal. Considera que esta intervención del Papa debilita el sólido informe que el Cardenal Peter Erdo presentó en la apertura del Sínodo, el pasado lunes. Hacia el final del artículo, critica los comentarios del arzobispo Durocher sobre la comunión a divorciados vueltos a casar.
"Creo que es mala señal si no podemos tener libertad de expresión", dijo a 'LifeSiteNews'. "No creo que las emociones sean un crimen. Si alguien me habla apasionadamente de un tema, no me lo voy a tomar personalmente. Podemos discrepar, podemos tener libertad de expresión".
"No creo que el Vaticano deba actuar como la Gestapo", añadió. "Han hecho una montaña de un grano de arena. Lo han empeorado". El padre Gregoris añadió también que varios periodistas se acercaron a él después del incidente "y me dieron las gracias por tener el valor de decir lo que dije".
A una pregunta de 'LifeSiteNews' sobre su comentario, el arzobispo Durocher contestó que "no tenía nada que ver con eso y no tenía ningún comentario que hacer". La oficina de prensa vaticana no ha querido responder a las preguntas de 'LifeSiteNews'.
La agencia de noticias ha podido saber que, después de que el padre Gregoris perdiera su credencial, se le denegó también a otro periodista, en este caso de una revista católica estadounidense.