Círculo Gálico A: «En todas partes hay familias que viven felizmente su adhesión a Cristo y a la fe»
El Círculo Gálico A tuvo como moderador al cardenal canadiense Lacroix, y como relator al arzobispo de Lille, Laurent Ulrich. Este grupo subrayó "la belleza y profunda sacramentalidad del matrimonio", y advirtió que "las preguntas sobre las familias no se resumen en una o dos de las que producen revuelo en la opinión pública".
Autor: VenL. / Fuente: VIS.
"TODOS ESTÁN LLAMADOS A CONVERTIRSE EN HERMANOS".
1. La mesa redonda respecto a la introducción y a la primera parte del Instrumentum Laboris nos permite extraer algunos temas en común, aunque sin ignorar las diferencias de enfoque. Por una parte, estamos satisfechos de que la introducción otorgue relevancia a la belleza y a la profunda sacramentalidad del matrimonio. Recordamos la necesidad de darle ese sabor de vida bella: hemos escuchado nombrar situaciones dolorosas, los problemas de la vida familiar; queremos hablar también de los desafíos y del don de Dios que ayuda a sobrellevarlos.
Algunos señalan que la primera parte trata la vida familiar en su conjunto y no sólo el matrimonio: lo que constituye un punto de vista más abierto. Sin embargo otros prefieren volver a las preguntas planteadas sobre el matrimonio en la vida contemporánea. Mientras que otro de los participantes, con el beneplácito de algunos más, subraya que no es bueno que el Sínodo contemple solamente los problemas y las crisis que atraviesan las familias en occidente. Quizá podríamos llegar al acuerdo de que los puntos siguientes merecerían ser profundizados al hilo de nuestras observaciones y modos en la aportación al texto del Instrumentum Laboris.
Por una parte, debemos partir de lo que han vivido las familias de hoy en día y que constituyen puntos de apoyo para un anuncio del Evangelio: sabemos que podemos discernir los semina Verbi en las experiencias de las familias en la actualidad. Por todas partes existen problemas y dificultades, sufrimientos, pero en todas partes también hay familias que viven felizmente su adhesión a Cristo y a la fe. Nuestro texto debe adoptar un tono abierto que favorezca el diálogo con nuestros contemporáneos.
Por otra parte, queremos que este texto adopte el punto de vista de la vida de las familias, sin limitarse al de las parejas y el matrimonio, aunque sea esencial abordarlo. Ciertamente, será fecundo situar la vocación y la misión de la familia, a la luz del Evangelio, dentro de la vocación y la misión de fraternidad de toda la humanidad. Convertirse en un hermano o en una hermana de todo hombre, ciertamente es la experiencia más universal: constatamos, con dolor, como hay personas que difícilmente encuentran su lugar en su familia de sangre, dentro de la comunidad humana y cristiana. Pero todo el mundo está llamado a convertirse en hermano o hermana de los que son hombres y mujeres con él. La vida de las familias prepara para eso. La vida de la Iglesia llama a ello.
2. Cuando abordamos el trabajo, capítulo a capítulo, número a número, nos damos cuenta de que la materia es considerable. Sabemos bien que las preguntas sobre las familias no se resumen en una o dos de las que producen revuelo en la opinión pública; percibimos que los retos son numerosos y que todo lo que se encuentra en el Instrumentum Laboris merecería una atención continua por nuestra parte. Estamos satisfechos al constatar que existen largos momentos consagrados al intercambio en grupos lingüísticos para tratar toda esta materia, que lleve a un intercambio en profundidad, ¡aunque somos conscientes de que los próximos quince días serán insuficientes para llevar a cabo todo este programa!
De todas formas, algunas personas con experiencia expresan cierta inquietud sobre si los modos que vamos a proponer, redactar y adoptar tras unos buenos debates, serán todos seleccionados. Algunos muestran cierta desilusión sobre el devenir de sus propias opiniones y se preparan generosamente a abandonarlas, al menos parcialmente… Aunque a cada grupo le gustaría que no les sucediera tal cosa a sus queridos modos, trabajados tan minuciosamente, y a los debates que han demandado no sólo mucha energía, sino también mucha abnegación para escribirlos, teniendo en cuenta las mejores opiniones de todos.
Queremos decir, sobre todo, que nos ha emocionado el reencuentro de las diferentes culturas que ha podido realizarse entre una veintena de personas que, sin embargo, hablan la misma lengua. Las situaciones de África francófona, del Medio al Próximo Oriente, de Francia, incluso de Suiza y Canadá son variadas. Las palabras de la lengua francesa no revisten siempre el mismo significado de un lado al otro de Atlántico o del Mediterráneo.
3. Pero, sobre todo, los contextos históricos y culturales no son los mismos. No podemos decir en todas partes que el número de matrimonios (y de bautismos a su vez) está en disminución. No podemos hablar de la misma manera de la presencia de la Iglesia en nuestras sociedades respectivas. Las posibilidades de compartir la fe en nuestros países no son idénticas, el testimonio público que se puede dar no es fácil en todos los sitios. Y no lo es por las mismas razones por las que también es difícil: la libertad de hacerlo en los países 'liberales' no significa que sea verdaderamente reconocido, y puede conducir a situaciones contradictorias -unos eligen una posición de fuerte identidad, mientras que otros ejercen un diálogo paciente y no siempre comprendido.
En otros países la presión religiosa o cultural que se ejerce contra los cristianos no significa que se callen, si no que desde hace siglos deben abrirse un camino doloroso. Eso lo conocemos, en principio. Pero en una discusión que concierne a los aspectos tan concretos y tan múltiples de la vida de las familias, sentimos que con ello hacemos una experiencia única de catolicidad, que no es definitivamente adquirida: es un don de Dios que nos es dado a través de esta experiencia de Iglesia, pero tenemos que recibirlo y vivirlo con fidelidad, profundizarlo en la verdad.
Tenemos el tiempo para escucharnos, para llegar hasta el fondo de nuestras reflexiones compartidas; intentamos verdaderamente explicarnos mutuamente por qué avanzamos en tal idea, en virtud de qué experiencia nos expresamos. Avanzamos con precaución puesto que se nos ha propuesto un desafío muy interesante de acogida y de escucha mutua.
Traducido al castellano por Ana Cristina Saiz.