Arzobispo Puiggari: «No nos cansemos de predicar el Evangelio de la Vida»
El arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, pidió unirse "en la oración y en el desafío de multiplicar gestos, actitudes, acciones que manifiesten el compromiso ante la vida humana", al presidir la procesión y Misa central en honor de Nuestra Señora del Rosario, fundadora y patrona de la ciudad y la arquidiócesis de la capital entrerriana de la que participaron miles de fieles.
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: AICA.
COMPROMISO CON LA VIDA, DESDE SU CONCEPCIÓN HASTA LA MUERTE NATURAL.
El arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, exhortó a no cansarse de "predicar el Evangelio de la Vida" y la Familia, al presidir la procesión y Misa central en honor de Nuestra Señora del Rosario, fundadora y patrona de la ciudad y la arquidiócesis de la capital entrerriana de la que participaron miles de fieles.
"Debemos unirnos en la oración y en el desafío de multiplicar gestos, actitudes, acciones que manifiesten el compromiso ante la vida humana. El rostro humano que podemos percibir en el seno de una madre, nos piden acoger el don y cuidarlo. El rostro humano de cada niño y, en especial, de aquellos que son explotados, abandonados, sumidos en extrema pobreza, nos interpelan a acoger y cuidar el don. El rostro humano de cada anciano y de cada enfermo; el rostro humano de cada hombre y cada mujer, en toda situación y en especial en aquellos contextos en que hacen peligrar su dignidad nos interpelan a acoger y cuidar el don maravilloso de la vida humana. No nos cansemos de predicar el Evangelio de la Vida", afirmó Puiggari.
El prelado destacó que la Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario está vinculada desde sus orígenes a la historia religiosa, política y social de la ciudad, por eso se la reconoce como "nuestra Madre, Patrona y Fundadora". "Reconocer nuestro origen es asegurar nuestro futuro, profundizar sus raíces es garantizar el crecimiento de nuestro pueblo que ponga al hombre en el centro porque reconoce a Dios como a su Señor. Como María, queremos ser una Iglesia que salga de casa para tender puentes, romper muros, sembrar reconciliación en este camino al Bicentenario. Como María, queremos ser una Iglesia comprometida con la vida, desde su concepción hasta la muerte natural. Con la cultura, con nuestros hermanos que sufren cualquier tipo de necesidad", pidió.