Francisco: «Dejémonos mirar por el Señor en la oración, en la Eucaristía, en la Confesión»

El Papa exhortó a los cubanos a dejarse mirar por "el Señor en la oración, en la Eucaristía, en la Confesión, en nuestros hermanos, especialmente en aquellos que se sienten dejados, más solos". Destacó que con "esfuerzo y sacrificio la Iglesia en Cuba trabaja para llevar a todos, aun en los sitios más apartados, la palabra y la presencia de Cristo". 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Radio Vaticana.

EN LA MISA CELEBRADA EN LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN.

Francisco exhortó a los cubanos a dejarse mirar por "el Señor en la oración, en la Eucaristía, en la Confesión, en nuestros hermanos, especialmente en aquellos que se sienten dejados, más solos", en la homilía de la multitudinaria Misa que presidió en la Plaza de la Revolución, en Holguín, el 21 de septiembre.

"Jesús va delante, nos precede, abre el camino y nos invita a seguirlo. Nos invita a ir lentamente superando nuestros preconceptos, nuestras resistencias al cambio de los demás e incluso de nosotros mismos. Su mirada transforma nuestras miradas, su corazón transforma nuestro corazón. Dios es Padre que busca la salvación de todos sus hijos. Aprendamos a mirar como Él nos mira. Compartamos su ternura y su misericordia con los enfermos, los presos, los ancianos, las familias en dificultad. Una y otra vez somos llamados a aprender de Jesús que mira siempre lo más auténtico que vive en cada persona, que es precisamente la imagen de su Padre", reflexionó el Papa, al celebrar la fiesta del apóstol y evangelista San Mateo, quien en su evangelio, nos cuenta cómo fue el encuentro que marcó su vida, él nos introduce en un juego de miradas que es capaz de transformar la historia.

El Pontífice destacó que con "esfuerzo y sacrificio la Iglesia en Cuba trabaja para llevar a todos, aun en los sitios más apartados, la palabra y la presencia de Cristo". "Una mención especial merecen las casas de misión que, ante la escasez de templos y de sacerdotes, permiten a tantas personas poder tener un espacio de oración, de escucha de la Palabra, de catequesis, de vida de comunidad. Son pequeños signos de la presencia de Dios en nuestros barrios y una ayuda cotidiana para hacer vivas las palabras del apóstol Pablo: 'Les ruego que anden como pide la vocación a la que han sido convocados. Sean siempre humildes y amables, sean comprensivos, sobrellevándose mutuamente con amor; esfuércense en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz' (Ef 4,2)", afirmó.