Cardenal Nichols: «El suicidio asistido es asesinato asistido»
El arzobispo de Westminster, Inglaterra, cardenal Vincent Nichols, pidió a los católicos del país actuar para frenar un proyecto de ley de legalización del suicidio asistido que será sometido a votación el próximo viernes 11 de septiembre en el parlamento inglés. "El valor intrínseco de cada vida humana será gravemente socavado si esta o cualquier otra norma que legalice el suicidio asistido se convirtiera en ley", advirtió el purpurado.
Autor: VenL. / Fuente: Gaudium Press.
"ES CONTRARIO A LA DIGNIDAD HUMANA".
El cardenal Nichols pidió a los fieles que se pongan en contacto con los miembros del parlamento que los representan para advertirles sobre los males de la propuesta antes de que se lleve a cabo la deliberación. "Cada uno de nosotros está hecho a imagen de Dios. La vida de todos los individuos es igualmente valiosa", recordó el arzobispo. "Dar licencia a los doctores para proveer drogas letales a los pacientes terminales para ayudarlos a cometer suicidio está basado en la premisa de que algunas vidas valen menos que otras. Por tanto es contrario a la dignidad humana".
La propuesta también fue calificada como contraria al principio de no hacer daño, base de la práctica médica, y una afrenta de la dignidad de ambas partes involucradas. "El suicidio asistido es asesinato asistido", aclaró el cardenal. "Quienes están seriamente o terminalmente enfermos merecen el mejor cuidado que nuestra sociedad pueda dar y nunca se les debe hacer sentir que son una carga". El purpurado recordó el deber cristiano de apoyar a los pacientes de la mejor manera posible y destacó el cuidado paliativo y la atención médica al final de la vida como el acercamiento correcto al sufrimiento de los pacientes y motivó al estado a continuar desarrollando este tipo de servicios.
El cardenal Nichols afirmó que los miembros del parlamento estarán en las oraciones de la Iglesia en Inglaterra a causa de las diferentes presiones que padecerán en favor de la norma y les advirtió sobre los peligros inherentes de la misma, que incluyen la coerción o presión indebida sobre los pacientes, así como la propia ansiedad que la legalización de esta forma de suicidio introducirá en la vida de los enfermos. La Iglesia Católica en Inglaterra y Gales dispuso un formulario en su portal de internet a través del cual los fieles pueden contactar a los miembros del parlamento y pedirles que voten en contra de la medida.