Monja libanesa asegura que políticos islámicos mandan a sus hijas a escuela católica

"Nuestra misión es muy importante para educar a los jóvenes a aceptar a los demás y a convivir positivamente", aseguró la superiora de la Congregación de las Monjas del Rosario. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Vatican Insider.

"LOS PADRES CONFÍAN EN NOSOTRAS Y NOS ESTIMAN".

La superiora general de la Congregación de las monjas del Rosario, la única Congregación que nació en la Tierra Santa, Inés Al-Yacoub, que vive en el monasterio de Beit Hanina, en Jerusalén aseguró que políticos islámicos envían a sus hijos a una escuela de religiosas.

"Los padres confían en nosotras y nos estiman, porque ven que somos profesionales, competentes y transparentes. Nuestra misión es muy importante para educar a los jóvenes a aceptar a los demás y a convivir positivamente. Nosotras enseñamos el respeto de la fe ajena, el derecho de todos a vivir con dignidad. Hoy, en nuestras escuelas hay muchas alumnas musulmanas: para nosotras es una ocasión preciosa para educarlas a una mentalidad moderna y abierta. En un clima envenenado por el extremismo, uno de los desafíos más difíciles es el de formar a los jóvenes al perdón evangélico", indicó la monja libanesa que vive desde hace 49 años en el Golfo Pérsico y que trabaja en la escuela Fajer al-Sabah de Kuwait City, fundada en 1961.  

En sus colegios fueron formados los hijos de muchas familias de la élite política de la región. En Jordania, las hijas del rey anterior, Hussein, fueron alumnas de las monjas del Rosario y actualmente en Kuwait y en los Emirates Árabes entre las estudiantes están las hijas de algunos políticos de relieve. "La razón siempre ha sido la misma: la buena educación impartida principalmente a nivel humano, puesto que nosotras formamos a los chicos en la disciplina y en los valores éticos; y también se debe, naturalmente, al elevado nivel de la instrucción", sostuvo. El 17 de mayo será declarada santa la fundadora de la Congregación de las monjas del Santo Rosario, Marie Alphonsine Danil Ghattas, a quien la Virgen, que se le apareció en dos ocasiones, le inspiró la fundación de la primera Congregación femenina de la Tierra Santa. Es la única comunidad religiosa autóctona en Tierra Santa.