Los beatos mártires de Silos
El 29 de octubre pasado, el cardenal Angelo Amato beatificó, en la Catedral de la Almudena de Madrid, a José Antón Gómez, Antolín Pablos Villanueva, Rafael Alcocer Martínez y Luis Vidaurrázaga González, los mártires de Silos, que fueron asesinados a sangre fría por odio a la fe durante la Guerra Civil Española, perpetrada por izquierdistas.
Los monjes benedictinos José Antón Gómez, Antolín Pablos Villanueva, Rafael Alcocer Martínez y Luis Vidaurrázaga González dieron su vida por amor a Jesucristo, durante la persecución religiosa izquierdista en España, en 1936. Ellos se sumaron el 29 de octubre pasado en una ceremonia presidida por el cardenal y prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, Angelo Amato, en la Catedral de la Almudema de Madrid, a la lista de beatos que fueron martizados por comunistas. Durante ese periodo, miles de miembros del clero y fieles fueron acribillados por su fe católica.
Los izquierdistas, que nunca pidieron perdón por sus actos, realizaron la mayor masacre religiosa que padeció el país europeo. Según indicó el portal corazones.org, con la cita de un artículo del filólogo catalán Jordi Albertí, las matanzas masivas de sacerdotes, religiosos y fieles católicos fueron planificadas. "Las planificaron los comunistas libertarios, es decir el partido anarquista (la FAI) y su sindicato, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Otros grupos de la izquierda fueron cómplices en distinta medida –especialmente los comunistas-, o bien se inhibieron con omisiones culpables", aseveró Albertí, al realizar una crónica detallada de ese periodo oscuro de la historia de España, donde los cuatro religiosos benedictinos fueron víctimas de una ideología genocida movida por un odio irracional a la fe.
Uno de los monjes asesinados fue el sacerdote José Antón Gómez, que nació en el pueblo burgalés de Hacinas en 1878 y residía en Madrid desde 1919, donde fue nombrado prior. Antón Gómez, dio un gran aporte a la Iglesia en España, dado que fue el responsable de restauración de la iglesia de Montserrat y la formación de una pequeña comunidad monástica, dedicada al ministerio propio de su vocación. Años después, en julio de 1936, debido al aspecto que tomaron los acontecimientos en el país, decidió disolver la comunidad que creó, se refugió en la casa de algunos amigos y terminó en una pensión. El 24 de septiembre de ese año fue detenido y conducido a la Checa de Fomento y fusilado inmediatamente.
A la 'Checa' eran destinadas las personas que estaban sospechadas de simpatizar con partidos políticos de 'derecha' o simplemente profesar la religión católica. Según explicó el portal 'espormadrid.es', los detenidos "una vez interrogados, eran 'juzgados' por los representantes de los partidos políticos, no por jueces, y éste era considerado culpable se escribía en su sentencia la palabra 'libertad' seguida de un punto y se le invitaba a irse a casa, pero a la salida le esperaba un grupo de milicianos que en un automóvil lo llevaban a un 'paseo' y lo asesinaban".El presbítero Antolín Pablos Villanueva nació en Lerma, en Burgos, en 1871. Estuvo algunos años en las fundaciones que Silos tenía en México, donde padeció la persecución zapatista. En Madrid, desde 1919, realizó investigación histórica. El 8 de noviembre de 1936 fue fusilado en Soto de Aldovea, junto a cientos de detenidos de la cárcel Modelo.
El Padre Rafael Alcocer Martínez, nacido en Madrid en 1889, era un gran orador y un excelente arabista. Fue apresado en una librería donde se refugiaba y asesinado el 4 de octubre en compañía de otro sacerdote de la diócesis de Sigüenza. Por último, el sacerdote Luis Vidaurrázaga González nació en Bilbao en 1901. Desde 1928, residió en Madrid, donde se dedicaba a la dirección espiritual y a las clases de gregoriano. Debió refugiarse en casa de un amigo. Luego fue delatado, detenido y masacrado el 31 de diciembre de 1936. Actualmente, los restos de los cuatro monjes benedictinos se encuentran en la iglesia de Nuestra Señora de Montserrat de Madrid. El cardenal Amato, durante la homilía en la ceremonia de beatificación, afirmó según citó ACI Prensa que "el clima sociopolítico de los años 30 se caracterizó por una manifestación de terror con la Iglesia, una persecución cruenta".
"Explotó el odio contra sacerdotes, religiosos y laicos. En aquel período hubo tinieblas sobre la tierra. El enemigo de Dios logró por breve tiempo bañar de sangre inocente esta tierra bendita. ¿Por qué la Iglesia reabre esta página de la historia? Porque quiere conservar la memoria de los justos, no de la injusticia que sufrieron; la memoria de una inmensa cantidad de fieles españoles que han sacrificado su vida para impedir la descristianización de España", sostuvo. "Con esta beatificación, la Iglesia quiere amonestar a todos, creyentes y no creyentes, a no repetir más esa historia de horror y de muerte, a crear hoy gestos de vida y encuentro, de acogida y comprensión, al ejemplo de estos mártires", indicó el prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos. Por su parte, Francisco recordó a los 4 mártires benedictinos del monasterio de Santo Domingo de Silos, el 30 de octubre durante el Ángelus en la Plaza de San Pedro, al aseverar que fueron "fusilados en su patria a sangre fría, no por ser malhechores, sino por ser sacerdotes".