Discriminación que padecen los refugiados cristianos
Cinco ONGs imploraron protección para los refugiados cristianos en Alemania, dado que el 88% de ellos reveló que fueron acosados por otros refugiados de esos centros por motivos religiosos y recibieron amenazas de muerte por no participar en las oraciones de los musulmanes. Este es uno de los países donde los refugiados cristianos, aquellos que pudieron escapar de conflictos bélicos y persecución de grupos extremistas en sus países de origen, padecen discriminación por su fe.
A mediados de 2015, el Global Peace Index, informó que el 1 por ciento de la población mundial está compuesta por refugiados, lo que representa que 73.000.000 de personas tuvieron que abandonar por fuerza sus casas y sus propias tierras, un número tan alto desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. El director de IEP, Steve Killelea, aseguró que "una persona sobre 130 en el mundo es por el momento o un evacuado o un refugiado", y aseveró que "la mayor parte de ellos es víctima de los conflictos en Medio Oriente", y calificó de "desconcertante" el número en Siria, donde cerca 13 de los 22.000.000 de personas son expulsados.
Un refugiado, de acuerdo con la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados, es una persona que "debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentra fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de su país; o que careciendo de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores no quiera regresar a él". Mientras Occidente se pregunta sobre qué políticas adoptar para responder a la emergencia causada por la guerra en Oriente Próximo, los países del Golfo cerraron sus puertas a los cientos de miles de migrantes que huyen de la guerra en Siria. Arabia Saudí, Bahrein, Kuwait, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, los más cercanos por sensibilidad, cultura y religión, no quieren por ahora la promoción de políticas de acogida para los refugiados, dado que no surgió una política concreta en términos de aceptación, y sólo algunos trabajadores inmigrantes con permiso de residencia habitual pueden cruzar hasta ahora las fronteras de algunas de esas naciones.
Cada uno de los refugiados, que huye de su país por motivos bélicos, tiene a derecho a que respeten su derecho a la libertad religiosa. Sin embargo, en algunos países los cristianos padecen discriminación por su fe en Jesucristo por el propio gobierno o musulmanes, motivo por el que inclusive son obligados a no evidenciar de forma pública en sus lugares de asilo sus símbolos religiosos, ni menos predicar el Evangelio. En noviembre de 2014, varios refugiados cristianos originarios de la ciudad de Mosul, que huyeron de Mosul después de que la segunda ciudad de Irak cayese en manos de yihadistas, revelaron que islamistas del Estado Islámico los chantajearon por teléfono al amenazarlos con volar por los aires sus casas, de las que se fueron obligados a salir, si no pagaban con prontitud una suma de dinero.
La situación que padecen no mejoró. En agosto de 2015, el obispo de Duhok, Rabban al Qas, denunció que los ataques aéreos de Ankara contra los combatientes del partido PKK en las montañas del Kurdistán irakí "comienzan a meter miedo", en las decenas de miles de cristianos que huyeron de la Llanura de Nínive, desde la invasión por la invasión de los islamistas, en la noche del 6 y el 7 de agosto del 2014, y que encontraron refugio en Erbil y otras áreas del Kurdistán. "En Duhok, en la frontera con Turquía y Siria, muchas familias de refugiados se asustaron con los bombardeos y esto alimenta el deseo de los cristianos a huir. En la noche de la aldea de Komane vemos los cazas turcos bombardeando las montañas kurdas, donde se refugian los combatientes del PKK. Los refugiados cristianos tienen miedo. Las redadas dejaron muertes, lesiones y destrucción y la región está viviendo una nueva situación de peligro", sostuvo el prelado kurdo.
En diciembre de 2015, Noruega lanzó una medida que obligó a retirar todos los crucifijos de los centros cristianos que reciban refugiados. Fue una medida ordenada por el director general del Servicio de Inmigración (UDI), Frode Forfang, al sostener que todos los centros de asilo para refugiados supuestamente deben ser "políticamente y religiosamente neutrales". Frente a esta medida, las autoridades locales obligaron a quitar las cruces y elementos cristianos para "no ofender a los refugiados musulmanes", mientras que en Suecia estas directrices no aparecen escritas aunque en algunas instituciones realizaron lo mismo. Diversas organizaciones criticaron la decisión de retirar los crucifijos e imágenes de Jesús para mostrar supuestamente "su compasión cristiana" con los exiliados musulmanes.
En marzo de 2016, una fuente, anónima por razones de seguridad, aseguró que muchos cristianos pakistaníes buscan con esperanzas refugio en Tailandia, tras dejar su tierra natal donde islamistas ejercen presiones, acosos, amenazas y represalias en su contra, pero ven "pronto como su sueño de paz se desvanece". Tailandia, donde 95% de su población son budistas, es uno de los países que no firmó la Convención sobre los Refugiados de 1951 ni el posterior Protocolo de 1967, lo que implica que quienes lleguen al país pronto se ven privados de derechos y protección. "El refugiado se ve obligado a situaciones de clandestinidad, siendo víctima frecuentemente de tráficos oscuros y de trabajos serviles. Las mujeres y los niños son encarcelados sin distinción. El refugiado, que oficialmente no es tal en ese país, se convierte en un ilegal y un criminal. No puede tener un trabajo legal y no tiene derecho a la asistencia sanitaria. Las ONGs que trabajan en este sector están en contacto con muchos pakistaníes encarcelados acusados de delitos comunes. Las parroquias, la gente común, algunas organizaciones, les ayudan como pueden, violando de alguna manera las disposiciones de la policía", aseveró.
Por su parte, el arzobispo de Colonia, Alemania, Rainer Woelki, denunció que "está creciendo la preocupación de que políticos y autoridades no estén tomando con suficiente seriedad las amenazas" que los cristianos perseguidos reciben de otros refugiados, de modo especial en Alemania. La problemática no se centra sólo en la prohibición de evidenciar su fe, sino que los refugiados cristianos son víctimas de acoso y discriminación realizada por otros exiliados de otras religiones, es por ello que Woelki aseveró que existe necesidad de que el país europeo realice una promoción más comprometida de la libertad religiosa en el mundo. "Presionan a cristianos con exhibición de videos de los atentados y martirios de cristianos, y la prohibición de usar áreas comunes como las cocinas por considerarlos 'impuros'", lamentó el prelado alemán.
La denuncia del cardenal Woelki se vio graficada en los datos difundidos por la ONG Open Doors Deutschland. La entidad presentó los resultados de una investigación realizada entre 231 cristianos refugiados, gran parte de ellos conversos, que reveló que la gran mayoría (88%) fue acosada por los otros refugiados de esos centros por motivos religiosos, la mitad (4 %), confesó "persecución" por parte del personal de seguridad de los albergues y que más de la mitad se siente amenazado en los centros de acogida alemanes. Frente a ello, cinco ONGs imploraron al Gobierno de la canciller Angela Merkel, y a las agencias gubernamentales responsables de la recepción de los refugiados "una protección especial para esta minoría".
Ante la urgencia, las organizaciones propusieron alojar de forma temporal a los solicitantes de asilo cristianos y de otras minorías religiosas en instalaciones especiales, convencidos de que, aunque no es la solución ideal para favorecer su integración, es necesario para protegerlos. El pastor protestante Gottfried Martens, sostuvo que la mayoría de los encuestados procede de Afganistán o Irán y algunos fueron amenazados después de que se negasen a participar en una oración de la comunidad islámica. Diversas ONGs denunciaron que muchos de los refugiados cristianos "no informan de los incidentes por el temor generalizado que sufren, incluso con amenazas de muerte y si lo hacen, a veces algunos intérpretes musulmanes no traducen los incidentes de forma correcta".