Sijismo, minoría a la que pertenecía el ministro asesinado por talibanes en Pakistán
El 24 de abril, talibanes armados en dos motocicletas masacraron con armas de fuego al ministro de la minoría sij Sardar Soran Singh, en Pakistán. El sijismo es la novena religión en el mundo por número de creyentes, dado que cuenta con 25.000.000 de fieles, y de los cuales la mayoría vive en la región india del Punjab, donde se encuentra su templo sagrado.
El sijismo es una religión poco conocida, pese a que es el noveno credo en el mundo por número de fieles, puesto que cuenta con 25.000.000 de creyentes. Fue fundada en India por el Guru Nanak, que vivió entre 1469 y 1539, y difundida a través de las enseñanzas de diez Gurús durante el período de 1469 y 1708. El décimo Maestro, el Gurú Gobind Singh, fue el encargado de unificar las enseñanzas de los anteriores y proclamó al Gurú Granth Sahib como el 'Gurú eterno' y sus escrituras como las 'Escrituras Sagrada de los Sij'. Este fue escrito y compilado por los mismos Gurús. Granth Sahib es considerado auténtico porque fue compilado por diferentes Gurús, y se dedica a glorificar a Dios llevando al alma humana a la Beatitud Absoluta que es su destino final.
Para el Fundador de la religión Sij, Gurú Nanak Sahi Ji, Dios es el número Uno. Ellos creen en un Dios o "verdadero maestro" llamado Satguru, creador del mundo y de todas las cosas que hay en él, aunque ese Dios no sea visible en la creación. Según predican la voluntad de Dios se da a conocer a través de hombres santos y sabios o "gurús, ese que representa la voz interior que guía y, a la vez, es la presencia de Dios. Los sij entienden que el espíritu y el título de gurú fueron heredados por nueve gurús consecutivos, que fueron sucedidos por el libro sagrado de la religión sij.
Los gurús representan a la autoridad suprema en la tradición sij. Se denomina religión de los gurús, dado que suponen que Dios es el verdadero gurú, y su palabra divina llegó a la humanidad a través de los diez gurús históricos. Los principales motivos que impulsaron su fundación fueron el deseo de estar más cerca de Dios y de la voluntad divina y el convencimiento de que el amor a Dios es imposible sin amar a todos los hombres. Es en ese sentido que los creyentes de esta religión india son amables con los vecinos y comparten los frutos de las cosechas, dado que se guían por una ley moral sobre la causa y el efecto, lo que estos denominan 'karma'. Los sij dicen que obtienen una supuesta purificación tras pasar por cinco niveles.
Un creyentes sij vive con un temor en el alma por la posibilidad de cometer una falta en palabra, hecho o pensamiento contra la Voluntad de Dios. Ellos consideran que es una angustia ante Dios producida por el amor y la necesidad de honrarlo a Él. Frente a ello, el Gurú Nanak decretó tres principios para la conducta diaria. Naam Japo conlleva a invocar o meditar constantemente en Dios, Kirat Karo implica ganarse el sustento por medios honrados, y Vand Chhako permite compartir los resultados de nuestro trabajo como expresión de tu amor y tu compasión para con la humanidad. Es por ello, que los fieles sij deben vivir como un ser honesto, tener castidad moral dado que el adulterio se prohíbe de manera absoluta en la religión sij, no fumar y no consumir drogas, y tampoco beneficiarse de la calumnia, la falsedad o la falsificación de los hechos.
Es por ello, la Iglesia Sij entiende que debe "liberar al ser humano de las cadenas del materialismo", por lo cual tiene como objetivos centrales vivir una vida llena de virtud y el llegar al nivel espiritual más elevado, lo cual conduce a la realización de la Beatitud Suprema, es decir, lograr la emancipación sobre la vida terrenal. Para esta religión, la vida humana es una oportunidad para lograr esas metas, dado que si una persona se aleja de ellas, caerá una vez más en el ciclo de la muerte y el renacer, lo que se denomina la transmigración. Existen cinco vicios que corrompen la mente humana: la lujuria, la cólera, la codicia, la opulencia, y el orgullo o ego. Mientras que la mente permanezca impura bajo esos vicios, no podrá encontrar la Beatitud Absoluta.
En cuanto a la forma de vestir, utilizan un turbante y los símbolos de las cinco K, entendidos como rasgos de observación en la disciplina de todo sij. El sij iniciado en la 'khalsa' o comunidad debe llevar estos símbolos en vestimenta. Los que no fueron iniciados en la religión también pueden llevarlos como señales externas de pertenencia al grupo. En cuanto al significado de los cinco K, la primera se denomina Kesh, que establece que se debe mantener el cabello sin cortar. La segunda es Kirpan, la espada corta o daga que simboliza la resistencia al diablo. La Kara es la pulsera de acero que se lleva en la muñeca derecha que simboliza la fe en Dios. Otra es Kangha, el peine que se lleva en el pelo para sujetar el moño y simboliza la higiene personal. El turbante que cubre el peine y el moño no es una de las cinco K, pero se convertió en un emblema de santidad sij. Por último, Kachh es el pantalón corto que se lleva como prenda exterior o interior, como parte de la vestimenta occidental, y simboliza la pureza. Simbólicamente, las cinco K representan motivaciones para la disponibilidad inmediata en un tiempo de incertidumbre y peligro; funcionalmente, son distintivos de la identidad sij. En cuanto a otras normas de vida implican no consumir carne de vaca y, si se consume, el animal debe ser sacrificado de acuerdo con la tradición.
En los templos, deben colocar del libro sagrado en el centro, a cuyo alrededor se arrodillan los miembros de la congregación, que deben ir descalzos y con la cabeza cubierta. Según indicó ABC en una entrevista con miembros de la comunidad sij en España, los sijes tratan a su libro sagrado como si fuese humano. "El Gurú Granth Sahib duerme en una cama y, todas las mañanas, los fieles lo despiertan y lo colocan en su trono, en el altar del templo. Durante su lectura lo abanican como si de un rey se tratase, y cuando llega la noche, lo acuestan en su dormitorio", sostuvo el portal. "Muchos nos confunden con los musulmanes y, en ocasiones, algunas personas ignorantes nos llaman Osama bin Laden por la calle. Sólo pedimos a la gente que, por favor, lea acerca del sijismo para que nos conozca realmente, porque cuando nos conocen, nos respetan", afirma el responsable del templo sij en Madrid, Gurpreet Singh.
En cuanto al culto a los difuntos, el fallecido es preparado por miembros de la familia, y debe llevar las cinco K. De acuerdo con la costumbre india, la incineración se realiza el mismo día de la muerte, o al día siguiente cuando el fallecimiento ocurre al final del día. Sus cenizas se arrojan en un río cercano, y luego se lee a intervalos el 'Gurú Granth Sahib' entero. La forma sij de entender la vida está íntimamente relacionada con la identidad del Punjab. En esta región se encuentra la ciudad de Amritsar y su Templo Dorado se convirtió en lugares de peregrinación para los sij de todo el mundo. El Templo Dorado, se encuentra en el centro de un depósito sagrado, denominado 'Estanque de la Inmortalidad', fue construido por el quinto maestro Arjan, es sagrado para los sij. Bajo su cúpula de oro y cobre se guarda el libro sagrado de los sij, el Adi Granth.
Esas fueron unas pequeñas pinceladas para entender la religión minoritaria en Pakistán a la que pertenecía el ministro Sardar Soran Singh, de 46 años, quien fue masacrado frente a su casa, en la aldea de Bacha Killay, distrito de Bruner, por talibanes armados pertenecientes al grupo 'Tehreek-e-Taliban Pakistán', el 24 de abril pasado. El obispo anglicano de la Church of Pakistan, Humphrey Peters, aseguró que a Singh le encantaba llamarlo "'gurú, maestro espiritual'. "Tres días antes de su muerte, me llamó para compartir conmigo la idea de abrir un hogar para ancianos. Este homicidio es un fracaso del gobierno", afirmó Peters, quien recordó que Singh, antes de tomar el cargo de ministro, le pidió su bendición para asumir la tarea con la que apoyaba a los cristianos.