Obispos clandestinos en China
La Iglesia en China es atacada y perseguida, a punto de que los obispos clandestinos son secuestrados y encarcelados por el Gobierno hasta morir, como fue el caso del prelado Cosmas Shi Enxiang, quién notificaron el pasado 30 de enero de este año, que falleció, tras pasar los últimos 14 años de su vida en la cárcel secreta por mantenerse fiel al Papa. Tenía 94 años. Las autoridades comunistas chinas no informaron cuándo y como murió.
China es uno de los países más poblados del mundo con más de 1.371 millones de habitantes, pero es uno de las naciones que más padece la restricción a la libertad religiosa, por parte del Gobierno comunista. En años anteriores los obispos clandestinos padecieron lo mismo que el obispo Shi. Ese no fue el primer caso, sino el más reciente. La Iglesia en China, está dividida en dos comunidades: la Iglesia oficial a cargo de la Asociación Patriótica, y la otra clandestina, fiel al Vaticano, a la que pertenecía el obispo Shi.
La Asociación Patriótica Católica China (APCC), una organización creada en 1957 y controlada por el Gobierno Comunista, no reconoce la autoridad del Papa en el país asiático y persigue a los católicos. Benedicto XVI dirigió una carta en mayo de 2007 a los católicos en la República Popular China. En ella, el Papa emérito reconocía el mérito de los que habían permanecido fieles a la autoridad papal, e invitaba a todos los católicos a vivir la comunión, el perdón recíproco y la colaboración pastoral.
“No se puede negar que sigue habiendo graves limitaciones que afectan al corazón de la fe y que, en cierta medida, ahogan la actividad pastoral. A este propósito renuevo el deseo (cf. n. 4, párr. 2º- 4º) de que mediante un diálogo respetuoso y abierto entre la Santa Sede y los Obispos chinos, por un lado, y las Autoridades gubernativas, por otro, se puedan superar las dificultades mencionadas y se llegue así a un acuerdo provechoso en favor de la comunidad católica y de la convivencia social”, sostenía el pontífice, en la carta que publicó el sitio oficial del Vaticano en internet. A pesar del pedido de Benedicto XVI, los obispos de la Iglesia Clandestina siguieron siendo secuestrados. El Gobierno Comunista no da tregua. Cuatro meses después del envío de la carta, más precisamente el 9 de septiembre, el obispo de Yongnian en Hebei, Giovanni Han Dingxiang, murió después de 2 años de aislamiento en manos de la policía. Según informaba la Agencia Fides, el prelado Dingxiang estuvo en prisión por más de 20 años, luego desde inicios del 2006, se dio por desaparecido y se desconocía el lugar donde lo tenían asilado. La noticia de su muerte tomó a todos por sorpresa, ya que no se tenía noticia de que el Prelado sufriera alguna enfermedad. Habiéndose dado por desaparecido en torno a la medianoche, al día siguiente, a las 7 de la mañana, su cuerpo había ya sido cremado y sepultado, sin ningún rito religioso y sin que sus sacerdotes y fieles pudieran rendir homenaje a sus restos. Al parecer, el lugar de su sepultura está bajo estricta vigilancia por parte de las fuerzas policiales.
Los fieles temen que el obispo Shi haya muerto por torturas o privaciones, Los fieles sospechan que casi todos los obispos clandestinos muertos en manos de la policía fueron torturados o sufrieron de privaciones, como puede ser el caso del obispo Dingxiang, en 2007; y el de Shi, a principios de este año. Los casos de obispos clandestinos torturados y asesinados por ser fieles al Papa son muchos. En el 2005, Juan Gao Kexian, obispo de Yantai, Shandong, murió después de 5 años de detención en manos de la policía. Los familiares no pudieron realizar ninguna autopsia, para conocer las causas de la muerte de su pariente, porque el obispo fue cremado y enterrado enseguida, sin la participación de los familiares o de sus fieles, una situación similar que padeció el obispo Dingxiang.
En la década del 90, un caso muy recordado es aquel del obispo clandestino de Anguo, Hebei, Liu Difen, fallecido en 1992, después de un período de estar preso. La policía le habían informado a los parientes que podían ir a visitarlo al hospital porque el obispo estaba "muy enfermo". Después de la visita, el obispo murió. El cuerpo fue entregado a los parientes, quienes al preparar el cadáver para el funeral se dieron cuenta que el cuerpo del obispo presentaba "2 agujeros en la espalda, en los cuales se podía meter un dedo, signo de que había sido torturado". Otro de los casos similar al del prelado Shi, fue el del obispo de Baoding, Hebei, Giuseppe Fan Xueyan. Fue arrestado pocos meses en 1992. Su cadáver fue entregado a sus familiares, dejándolo en la puerta de su casa envuelto en una bolsa de plástico. El cadáver del prelado de 80 años, presentaba signos de tortura en el cuello y muchos hematomas en el pecho, en la frente y en las piernas. Fan, había pasado casi 30 años en prisión por seguir fiel al Vaticano y no someterse a la Asociación patriótica. En su funeral participaron miles de fieles, quienes pidieron que los culpables de la tortura del prelado fueran perseguidos, pero nada ocurrió. Mientras el Gobierno Comunista siga en el poder y la Asociación Patriótica continué persiguiendo a los católicos nada ocurrirá.
Muere en la cárcel obispo chino tras 14 años de arresto por su fidelidad al Papa