Expertos de todo el mundo analizan ‘Evangelium Vitae’ en su 20 aniversario

"Se trata de una encíclica que es un Evangelio, una buena noticia; la noticia de que la vida es un don de Dios, la vida de todos es sagrada y por tanto, debemos custodiarla, tenemos esta responsabilidad”, sostuvo el secretario del Consejo Pontificio para la Salud. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Rome Reports.

ENCÍCLICA DE SAN JUAN PABLO II SOBRE EL VALOR DE LA VIDA HUMANA.

Expertos de todo el mundo analizaron la encíclica ‘Evangelium Vitae’ de San Juan Pablo II para considerar el contenido y la actualidad del documento centrado en el valor y el carácter inviolable de la vida humana, en su 20 aniversario, en Roma. Allí, Juan Pablo II afirmó que el "aborto directo, querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un ser humano inocente”, y confirmó "que la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios”.

El secretario del Consejo Pontificio para la salud, Jean-Marie Mate de Musivi Mupendawatu, afirmó que "se trata de una encíclica que es un Evangelio, una buena noticia; la noticia de que la vida es un don de Dios, la vida de todos es sagrada y por tanto, debemos custodiarla, tenemos esta responsabilidad”. Por su parte, el subsecretario del Consejo Pontificio para la Familia, Carlos Vázquez, que en el momento de la publicación de la encíclica, el 25 de marzo de 1995, “la vida humana pasaba por una serie de amenazas, de tratamientos inhumanos, de formas de afrontar la vida que no se correspondían con aquello que la Iglesia había recibido por parte de Dios y el Papa creyó oportuno acoger positivamente las sugerencias que los cardenales le ofrecieron”.

"Muchas personas nos piden, por ejemplo, a nosotros que somos católicos que trabajamos en un hospital católico, de realizar eutanasias o de realizar abortos o de pedirle a los médicos que les recete por favor a niñas adolescentes la píldora del día de después. Son desafíos que nos ponen un poco a reflexionar para darnos cuenta de que no podemos contribuir a esa situación”, aseveró Jaime Buitrago, miembro del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud.