Cardenal Sarah reitera que no se puede «privar a una persona enferma o moribunda de la asistencia espiritual de un sacerdote»

El prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Robert Sarah, explicó que en este momento de crisis sanitaria "los sacerdotes deben hacer todo lo posible para permanecer cerca de los fieles" y tienen que "hacer todo lo que esté a su alcance para ayudar a los moribundos, sin complicar la tarea de los cuidadores y las autoridades civiles", a la revista francesa 'Valeurs actuelles'. Además, exhortó a los fieles a redescubrir la oración familiar en este tiempo de aislamiento.

Fuente: ACI Prensa.

FRENTE A LA EMERGENCIA POR EL CORONAVIRUS.

El cardenal y prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Robert Sarah, alertó que "nadie tiene derecho a privar a una persona enferma o moribunda de la asistencia espiritual de un sacerdote", dado que es "un derecho absoluto e inalienable", durante la emergencia sanitaria frente a la pandemia del COVID-19, en declaraciones a la revista francesa 'Valeurs actuelles', el 9 de abril pasado. Ratificó que durante la crisis por el coronavirus "los sacerdotes deben hacer todo lo posible para permanecer cerca de los fieles" y deben "hacer todo lo que esté a su alcance para ayudar a los moribundos, sin complicar la tarea de los cuidadores y las autoridades civiles".

Indicó que "si los sacerdotes no pueden sostener físicamente la mano de cada persona moribunda como les gustaría, descubren que, en adoración, pueden interceder por cada uno", reflexionó, al precisar que espera que los enfermos y aislados se sientan conectados a su sacerdotes a través de la oración. Sarah exhortó a los que viven encerrados a redescubrir la oración familiar. "Es hora de que los padres aprendan a bendecir a sus hijos. Los cristianos, privados de la Eucaristía, se dan cuenta de que cada comunión fue una gracia para ellos. Les animo a practicar la adoración desde casa, porque no hay vida cristiana sin vida sacramental. En medio de nuestros pueblos y aldeas, el Señor permanece presente", aseguró Sarah. Además, habló sobre su libro sobre el celibato sacerdotal 'Desde lo más profundo de nuestros corazones', que generó controversia por una contribución del Papa Emérito Benedicto XVI. "Sufrí durante este período, sentí los ataques contra Benedicto XVI con mucha fuerza. Pero en el fondo, me dolió especialmente ver cómo el odio, la sospecha y la división invadieron la Iglesia en un tema tan fundamental y crucial para la supervivencia del cristianismo: el celibato sacerdotal", aseveró.

"Nuestro libro estaba destinado a ser espiritual, teológico y pastoral. Los medios de comunicación y algunos autoproclamados expertos hicieron una lectura política y dialéctica de ello. Ahora que las polémicas estériles se disiparon, ¿quizás podamos realmente leerlo?", cuestionó. Sobre el tema de la renuncia a los bienes, invitó a sacerdotes y obispos en Alemania "a experimentar la pobreza, a renunciar a los subsidios estatales". "Una Iglesia pobre no temerá la radicalidad del Evangelio. Creo que a menudo nuestros lazos con el dinero o el poder secular nos hacen tímidos o incluso cobardes para proclamar las Buenas Nuevas", denunció. Sobre el Sínodo de la Amazonía, consideró que algunas de las reacciones negativas tras la publicación de la exhortación de Francisco 'Querida Amazonia' dejaron en claro que "la angustia de los pobres se había utilizado para promover proyectos ideológicos". "Me gustaría que los sínodos sean más momentos de oración común y no un campo de batalla ideológico o político", afirmó.