Francisco: «Pongámonos ante el Crucificado y pidamos la gracia de vivir para servir; contactemos al que sufre, al que está solo y necesitado»

El Papa reflexionó que en el drama de la pandemia, ante tantas certezas que se desmoronan y con el sentimiento de abandono que nos oprime el corazón, "Jesús nos dice a cada uno: 'Ánimo, abre el corazón a mi amor. Sentirás el consuelo de Dios, que te sostiene'", en la Basílica de San Pedro, sin presencia de fieles. El obispo de Roma aseguró que la crisis por el coronavirus "nos obliga a tomar en serio lo que cuenta, a no perdernos en cosas insignificantes, a redescubrir que la vida no sirve, si no se sirve". 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Vatican News.

EN DOMINGO DE RAMOS FRENTE A LA PANDEMIA.

Francisco pidió a los fieles que nos pongamos "ante el Crucificado y pidamos la gracia de vivir para servir" y solicitó que "contactemos al que sufre, al que está solo y necesitado", frente a la emergencia sanitaria frente a la pandemia del coronavirus, al presidir la Misa de Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor, en la Basílica de San Pedro, sin presencia de fieles, el domingo 5 de abril, que fue transmitido por el canal de YouTube de 'Vatican News'. 

"Cuando parezca que ni siquiera Dios responde, recordemos que no estamos solos. Jesús experimentó el abandono total, la situación más ajena a Él, para ser solidario con nosotros en todo. Lo hizo por mí y por ti", aseguró el obispo de Roma, quien recordó que el Señor nos sirvió hasta el punto de "experimentar las situaciones más dolorosas de quien ama: la traición y el abandono". El Papa reflexionó que en el drama de la pandemia, ante tantas certezas que se desmoronan y con el sentimiento de abandono que nos oprime el corazón, "Jesús nos dice a cada uno: 'Ánimo, abre el corazón a mi amor. Sentirás el consuelo de Dios, que te sostiene'".

Exhortó a "no traicionar aquello para lo que fuimos creados, no abandonar lo que de verdad importa", al reiterar que estamos en el mundo para amarlo a Él y a los demás, y mientras el resto "pasa, el amor permanece". Aseguró que la crisis por el coronavirus "nos obliga a tomar en serio lo que cuenta, a no perdernos en cosas insignificantes, a redescubrir que la vida no sirve, si no se sirve". Invitó a los jóvenes a tomar como ejemplo a los verdaderos héroes de hoy y jugarse la vida como ellos para servir a los demás. "No tengan miedo de gastarla por Dios y por los demás: ¡La ganaran!", destacó. Ese día, a nivel diocesano, se celebra en todo el mundo la XXXV Jornada Mundial de la Juventud.