Obispo García Cuerva: «Que celebrar en este duro contexto, estos 500 años de la primera Misa, nos anime en el deseo de compartir lo que somos y tenemos»
El obispo de Río Gallegos, Jorge García Cuerva, recordó las palabras de Benedicto XVI al advirtir que "cerrar los ojos ante el prójimo nos convierte también en ciegos ante Dios", y es por eso que animó a que "nuestra mirada sea reflejo de la misericordia de Jesús, que sigue eligiendo a los pecadores, a los descartables de nuestra sociedad". "A 500 años de aquella gesta, nosotros le pedimos al Señor Eucaristía que nuestra vida también recobre el sabor, las ganas, el entusiasmo, y la entreguemos en el servicio a los hermanos más pobres", afirmó.
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: AICA.
EN LA HOMILÍA POR LOS 500 AÑOS DE LA PRIMERA MISA EN SUELO ARGENTINO.
Captura de YouTube de 500 años Primera Misa en Argentina.
El obispo de Río Gallegos, Jorge García Cuerva, reiteró que "Dios es capaz de multiplicar nuestros pequeños gestos de solidaridad" e indicó "que celebrar en este duro contexto, estos 500 años de la primera Misa, nos anime en el deseo de compartir lo que somos y tenemos, para que realmente todos se sientan invitados a la mesa grande de la Argentina", en la celebración eucarística, que presidió por los 500 años de la primera misa en territorio argentino, el miércoles 1 de abril. La Misa iba a realizarse en Puerto San Julián, donde en 1520 se celebró la primera Eucaristía, y fue trasladada a la sede del obispado, sin presencia de fieles, por las impuestas frente al coronavirus.
García Cuerva sostuvo que en este tiempo de pandemia "las necesidades de nuestro pueblo parecen multiplicarse y, entonces, puede surgir la tentación de mirar para otro lado; o de bajar la vista al piso". Recordó las palabras de Benedicto XVI al advirtir que "cerrar los ojos ante el prójimo nos convierte también en ciegos ante Dios", y es por eso que animó a que "nuestra mirada sea reflejo de la misericordia de Jesús, que sigue eligiendo a los pecadores, a los descartables de nuestra sociedad". "A 500 años de la primera misa en territorio argentino, participar en la Eucaristía significa entonces entrar en la lógica de Jesús, la lógica de la gratuidad, de la fraternidad. 'Recibir la Comunión' significa recibir de Cristo la gracia que nos hace capaces de compartir con los demás lo que somos y tenemos", reflexionó el prelado.
Animó a que en este momento frente al sufrimiento, la soledad, la pobreza y las dificultades de tanta gente, nos preguntemos "¿qué podemos hacer nosotros?". "Lamentarnos que no resuelve nada, pero podemos ofrecer ese poco que tenemos, como el niño del Evangelio. Seguramente tenemos alguna hora de tiempo, algún talento ¿Quién de nosotros no tiene sus 'cinco panes y dos peces'? ¡Todos los tenemos! Si estamos dispuestos a ponerlos en las manos del Señor, bastarían para que en el mundo haya un poco más de amor, de paz, de justicia, de alegría. Dios es capaz de multiplicar nuestros pequeños gestos de solidaridad. A 500 años de aquella gesta, nosotros le pedimos al Señor Eucaristía que nuestra vida también recobre el sabor, las ganas, el entusiasmo, y la entreguemos en el servicio a los hermanos más pobres", afirmó.