Francisco a la Iglesia en Argentina: «No perdamos la oportunidad de asumir y acoger nuestro presente como un tiempo propicio de gracia y salvación»

El Papa afirmó que "la presencia de Jesús en la Eucaristía que, silenciosa y discretamente, nos acompaña desde hace más de 500 años, es el sacramento de la alianza que Dios quiso sellar con nuestro pueblo: Él está en medio nuestro alentando el caminar", en una carta al obispo de Río Gallegos, Jorge García Cuerva, que este prelado leyó en la celebración eucarística central por los 500 años de la primera Misa en suelo argentino, el miércoles 1 de abril, que no tuvo presencia de fieles y fue transmitida en directo por Internet. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: AICA.

POR LOS 500 AÑOS DE LA PRIMERA MISA EN SUELO ARGENTINO.

Francisco indicó a la Iglesia en Argentina que "en estos momentos donde el contacto viene medido y evitado, es imprescindible que podamos rememorar y aprender ese sentir eucarístico que sólo el Señor nos puede enseñar" y pidió que "no dejemos que la fiesta se apague, no perdamos la oportunidad de asumir y acoger nuestro presente como un tiempo propicio de gracia y salvación con todo el empeño que esto significa", en una carta al obispo de Río Gallegos, Jorge García Cuerva, que este prelado leyó en la celebración eucarística central por los 500 años de la primera Misa en suelo argentino, el miércoles 1 de abril, que no tuvo presencia de fieles y fue transmitida en directo por Internet, dado que frente a la pandemia suspendieron los eventos organizados por este hecho histórico que ocurrió en el Puerto San Julián en 1520.  

El obispo de Roma afirmó que "la presencia de Jesús en la Eucaristía que, silenciosa y discretamente, nos acompaña desde hace más de 500 años, es el sacramento de la alianza que Dios quiso sellar con nuestro pueblo: Él está en medio nuestro alentando el caminar" y que esta "certeza que heredamos de nuestros padres y abuelos, es la reserva espiritual que acompañó, moldeó y forjó el alma de nuestra Nación y que queremos que geste también el futuro de nuestros hijos y nietos; alimento de vida en momentos de carestía y tribulación; y canasta rebosante de las alegrías y gozos que tejieron nuestra historia". "Sé que por la situación dolorosa y angustiante que golpea tantas regiones del mundo y a la que no son ajenos, tuvieron que cancelar la celebración como la habían preparado. De repente, fuimos todos sorprendidos por una pandemia que nos desconcertó y movilizó a cambiar nuestras actividades y prioridades", precisó. 

"Estamos como los discípulos de Emaús, caminando con 'el semblante triste' por lo que sucede, intranquilos por cómo se desarrollará y preocupados por las consecuencias que dejará. Qué bien que nos hace en este contexto decir suplicantes como ellos: 'quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba, Señor'", reflexionó el Pontífice. "Hoy como ayer siguen resonando en los distintos pueblos, parroquias, capillas, hospitales, colegios, casas, ciudades y barriadas las palabras del Señor 'hagan esto en memoria mía'", aseguró el Papa, al reflexionar que "es su pueblo sacerdotal que continúa la multiplicación de los panes para que a nadie le falte el alimento que da vida".