Cardenal Cañizares precisó que «es la hora de la fe y de la confianza, no del miedo ni del pánico» frente al coronavirus
El arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, afirmó que "nadie o muy pocos lo dicen o dirán, pero en estos momentos duros que atravesamos, es preciso, como hijos necesitados, que volvamos al Padre misericordioso y Dios de todo consuelo, porque lo hemos o estamos olvidando". "Urge en esta situación caer en la cuenta de Quién nos acompaña, el Señor, y abrirnos a la esperanza por esta compañía", aseguró.
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Archidiócesis de Valencia.
"VIVIMOS MOMENTOS PARA ORAR".
Universidad Católica de Valencia.
El cardenal y arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, precisó que "vivimos momentos para orar" y que "es la hora de la fe y de la confianza, no del miedo ni del pánico", frente a la crisis por la pandemia del coronavirus, por lo que "urge en esta situación caer en la cuenta de Quién nos acompaña, el Señor, y abrirnos a la esperanza por esta compañía", en una carta a la comunidad diocesana, el miércoles 11 de marzo.
"En estos momentos cruciales que vivimos en el mundo, y particularmente en España y en Valencia, sentimos la gran necesidad de acudir a la oración, no por evasión ni huida, ni por cruzarse de brazos, sino porque la oración sincera hecha desde la fe es el mayor de los realismos y del compromiso con nuestro pueblo. Nadie o muy pocos lo dicen o dirán, pero en estos momentos duros que atravesamos, es preciso, como hijos necesitados, que volvamos al Padre misericordioso y Dios de todo consuelo, porque lo hemos o estamos olvidando", afirmó Cañizares.
El prelado sostuvo que "las esperanzas y los sufrimientos son también de la Iglesia y los hace suyos, de los que creemos en Dios y en su Hijo Jesucristo, y nos acercamos a su Madre y nuestra Madre de los Desamparados e Inocentes". Aseguró que es "la gran manifestación de caridad, de solidaridad para con la totalidad de nuestro pueblo, es que elevemos nuestra plegaria y clamemos al Señor que nos bendiga, que no dejemos de hacer su voluntad como Jesús ora en la hora suprema de su verdad superando y venciendo las tentaciones del Maligno y nos adentre en la meditación de la Palabra de Dios, que nos da la vida eterna, sobre todo en este tiempo de Cuaresma".