Conferencia Episcopal Argentina en multitudinaria Misa en la basílica de Luján: «La vida es el primer derecho y sin él no puede darse ninguno más»

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea, aseguró que "es injusto y doloroso llamar 'antiderechos' o 'hipócritas'", cuyos términos fueron utilizados por el presidente de Argentina, Alberto Fernández, y su ministro de Salud, Ginés González García, a los millones de argentinos que afirman que "hay vida desde la concepción y que una persona distinta de su madre va desarrollándose en su seno", durante la homilía de la Misa con el lema 'Sí a las mujeres, sí a la vida', en la colmada plaza frente a la basílica de la Patrona de Argentina. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Conferencia Episcopal Argentina.

DECENAS DE MILES DE FIELES LLEGARON DESDE DISTINTAS CIUDADES DEL PAÍS.

CEA.

El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Oscar Ojea, reiteró que "la vida es el primer derecho y sin él no puede darse ninguno más" y pidió que la Virgen de Luján "nos enseñe una verdadera pedagogía del cuidado, que nos preserve de la conciencia aislada e individualista y del deterioro de nuestros vínculos" y que "ella nos enseñe a cuidar la vida", durante la homilía de la Misa con el lema 'Sí a las mujeres, sí a la vida', en la colmada plaza frente a la basílica de la Patrona de Argentina, el domingo 8 de marzo, a la que asistieron decenas de miles de fieles, con banderas argentinas, pañuelos celestes y carteles, que llegaron desde distintas ciudades del país para pedir por "la protección de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural". Celebró la Misa acompañado del cardenal Mario Poli, junto a obispos de distintas diócesis de Argentina. Tras finalizar la Eucaristía hubo una oración interreligiosa. 

"De un modo especial, queremos celebrar y agradecer, la cercanía y el compromiso de las mujeres con la vida. Esa vida amada entrañablemente por Dios cuyo amor se hace pleno y definitivo al tomar Él mismo nuestra propia carne en el seno de María para bendecirla y acompañarla en todo su camino", reflexionó Ojea. Aseguró que "es injusto y doloroso llamar 'antiderechos' o 'hipócritas'", -términos utilizados por el presidente de Argentina, Alberto Fernández, y su ministro de Salud, Ginés González García- a los millones de argentinos que afirman que "hay vida desde la concepción y que una persona distinta de su madre va desarrollándose en su seno". El prelado reiteró que valoran y defienden "los derechos de toda vida y de cada vida; de toda mujer y de cada niño o niña por nacer". "Condenamos el abuso en todas sus formas sexual, psicológico, y de poder, cualquiera sea el ámbito en el que se produzca, en la familia, en el trabajo, la escuela, en la calle y dolorosamente lo decimos también en la Iglesia. Renovamos en esta Eucaristía nuestro compromiso de desterrar de entre nosotros una cultura que pueda favorecer el encubrimiento y cualquier tipo de silencio cómplice ante este delito. Pero con la misma pasión con la que afirmamos esto último, decimos también que no es lícito eliminar ninguna vida humana como afirma nuestra Constitución Nacional", aseveró. 

El prelado afirmó que reclaman el derecho a la vida "para todos en cualquier edad o situación en la que se encuentre esa vida y de un modo especial para quien se halla débil, desprotegido e indefenso". Tras recordar la encíclica 'Laudato Si' de Francisco sostuvo que "si por respeto a la biodiversidad no podemos descartar la riqueza enorme de cada partícula de la naturaleza, cuanto más se aplica esto al respeto por la vida de cada ser humano por más pequeño que sea". "Si se pierde la sensibilidad personal y social para acoger una nueva vida, nos dice el Papa emérito Benedicto (Caritas in Veritate 28), también se marchitan otras formas de acogida provechosas para la vida social", reflexionó. "Respecto de este tema y de todos los temas proponemos que el diálogo sea el camino de los debates sociales en nuestra Argentina, que se puedan analizar la complejidad de las situaciones desde el respeto, el discernimiento y la razón y no desde la dialéctica emocional de quien se impone y silencia al que piensa y siente distinto. La descalificación y la estigmatización no hacen más que profundizar las divisiones entre los argentinos", consideró.