Francisco en el Ángelus desde la Biblioteca del Palacio Apostólico: «Que la Virgen María nos otorgue esa docilidad ante el Espíritu indispensable para la conversión»

El Pontífice aseguró que "ser testigos de Jesús es un don que merecimos: nos sentimos inadecuados, pero no podemos echarnos atrás con la excusa de nuestra incapacidad", al realizar el Ángelus desde la Biblioteca del Palacio Apostólico y no en la Plaza de San Pedro, desde la ventana, tras la difusión de la epidemia de coronavirus, para evitar la congregación masiva de fieles. "A menudo decimos: no tengo tiempo para rezar, no puedo hacer un servicio en la parroquia, responder a las peticiones de los demás. Pero no debemos olvidar que el Bautismo que recibimos nos hizo testigos, no por nuestra capacidad, sino por el don del Espíritu", aseguró.  

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Vatican News.

POR EL CORONAVIRUS FUE TRANSMITIDO EN DIRECTO Y DESDE PANTALLAS.

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Francisco rezó para que "en Cuaresma, la Virgen María nos otorgue esa docilidad ante el Espíritu que es indispensable para emprender resueltamente el camino de la conversión", al reflexionar sobre la Transfiguración de Jesús, en el Ángelus del domingo 8 de marzo, desde la Biblioteca del Palacio Apostólico, al seguir con "disposiciones de prevención de modo de evitar las pequeñas multitudes de personas que pueden favorecer la transmisión" del coronavirus como lo explicó en la transmisión en directa por streaming desde el Vaticano y por las pantallas de la Plaza de San Pedro. La Audiencia General del miércoles 11 de marzo tendrá la misma modalidad que la del Ángelus. 

El Papa precisó que "a través del maravilloso evento de la Transfiguración los 3 discípulos están llamados a reconocer en Jesús al Hijo de Dios resplandeciente de gloria" y que de esta forma "avanzan en el conocimiento de su Maestro, dándose cuenta de que el aspecto humano no expresa toda su realidad; a sus ojos se revela la dimensión sobrenatural y divina de Jesús". Afirmó que Jesús elige de forma libre e incondicional a los discípulos, y que así como llamó a esos 3, también hoy llama a algunos para poder ser testigos. "Ser testigos de Jesús es un don que merecimos: nos sentimos inadecuados, pero no podemos echarnos atrás con la excusa de nuestra incapacidad", sostuvo.

El obispo de Roma reiteró que "a nosotros también se nos dio la Palabra de salvación, se nos donó la fe y experimentamos de diferentes maneras la alegría de encontrarnos con Jesús", por lo cual Jesús nos dice 'Levántense y no tengan miedo'. "En este mundo, marcado por el egoísmo y la codicia, la luz de Dios se oscurece por las preocupaciones de la vida cotidiana. A menudo decimos: no tengo tiempo para rezar, no puedo hacer un servicio en la parroquia, responder a las peticiones de los demás. Pero no debemos olvidar que el Bautismo que recibimos nos hizo testigos, no por nuestra capacidad, sino por el don del Espíritu", aseguró.