Obispo de España sobre proyecto de ley de eutanasia: «Matemos el dolor, no matemos al enfermo»

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, reiteró que "a nadie le está permitido matar a nadie, ni siquiera por la compasión de suprimir el dolor". Aseguró que la atención al enfermo "debe de estar inspirada por el amor a la persona, por el respeto a su dignidad humana, por el amor a la vida en toda circunstancia, y especialmente cuando esa vida es débil y vulnerable" y que "más que una ley de eutanasia hay que poner en marcha una línea de investigación y un objetivo de llegar a todos los que necesiten tales cuidados paliativos". 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Diócesis de Córdoba.

EXHORTÓ A APLICAR CUIDADOS PALIATIVOS.

Diario Córdoba/A.J. González.

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, pidió que "matemos el dolor, no matemos al enfermo", al afirmar que "a nadie le está permitido matar a nadie, ni siquiera por la compasión de suprimir el dolor", en su carta pastoral, publicada el jueves 5 de marzo, sobre el lamentable proyecto de ley de eutanasia y suicidio asistido que avanza en España. Exhortó a aplicar cuidados paliativos en los que "con la ayuda de la ciencia, hoy es posible mitigar e incluso eliminar del todo el dolor sin necesidad de eliminar la vida de la persona". 

El prelado afirmó que estamos "ante un nuevo ataque a la dignidad de la persona, ante una nueva actuación de la cultura de la muerte, como señalaba san Juan Pablo II: 'estamos ante un enorme y dramático choque entre el bien y el mal, la muerte y la vida, la cultura de la muerte y la cultura de la vida. Tenemos la responsabilidad ineludible de elegir incondicionalmente en favor de la vida' (EV 28)". "La atención al enfermo, por muy extrema que sea su situación y por muy altos que sean sus dolores, debe de estar inspirada por el amor a la persona, por el respeto a su dignidad humana, por el amor a la vida en toda circunstancia, y especialmente cuando esa vida es débil y vulnerable", indicó. 

Insistió que debemos matar "el dolor, pero respetemos la persona, respetemos la vida, porque la vida es un don de Dios y nadie puede disponer de la vida ni en su comienzo ni en su final". "Más que una ley de eutanasia hay que poner en marcha una línea de investigación y un objetivo de llegar a todos los que necesiten tales cuidados paliativos, y que nadie se vea privado de tales medios y de la atención personalizada, cuando le llega la necesidad. Por otra parte, no se trata de prolongar la vida indefinidamente y a toda costa", explicó. "Los que están en torno al enfermo deben ser un signo de esa ternura de Dios para con sus hijos más débiles", reflexionó Fernández.