Extremistas islámicos torturan y asesinan a un joven cristiano tras acusarlo de «ensuciar el agua de una piscina» por ser «impuro» en Pakistán

Extremistas islámicos torturaron y asesinaron al joven cristiano Saleem, de 22 años, en Bhagyana, una aldea del distrito pakistaní de Kasur, en Punjab, tras acusarlo de "ensuciar" el agua por considerar que es "impuro" e "intocable", luego de que este ingresó a una piscina de pozo de agua, cuyo propietario es un musulmán de gran influencia local, para bañarse. Los asesinos torturaron al joven con cables eléctricos y un bate de hierro incandescente, sin respetar ni sus genitales. Tras ser arrojado a un campo por sus agresores, Saleem fue encontrado por transeúntes y llevado por su familia al hospital, donde falleció por múltiples fracturas en su cuerpo y daños en hígado y riñones.

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Asia News.

MURIÓ DESPUÉS DE 3 DÍAS DE AGONÍA.

Extremistas islámicos torturaron y asesinaron brutalmente al joven cristiano Saleem, de 22 años, en Bhagyana, una aldea del distrito pakistaní de Kasur, en Punjab, el viernes 28 de febrero, tras acusarlo de "ensuciar" el agua -por considerar que es "impuro" e "intocable"-, luego de que este ingresó a una piscina de pozo de agua, cuyo propietario es un musulmán de gran influencia local, para bañarse. Los asesinos torturaron al joven con cables eléctricos y un bate de hierro incandescente, sin respetar ni sus genitales. 

"Estamos sorprendidos, pero queremos justicia para Saleem", aseveró Ghafoor Masih, padre del cristiano que falleció en el hospital de Lahore después de 3 días de agonía. "Saleem nunca hizo nada para molestar a los demás. Todos nosotros permaneceremos cerca de sus seres queridos y lucharemos para que los culpables paguen por lo que hicieron", precisó Waris Masih, un fiel amigo de la víctima. La familia denunció que los sospechosos, que fueron liberados, amenazaron con hacer lo mismo a otros cristianos del lugar, y acusó a la policía de encubrir a los verdugos. Ghaffor afirmó que su hijo terminó su trabajo en el campo cuando lo sacaron del tanque y lo arrastraron a una granja cercana. 

Indicó que Saleem fue encadenado y golpeado varias veces. Tras ser abandonado mientras agonizaba, fue encontrado por transeúntes y llevado por su familia al hospital, donde falleció por múltiples fracturas en su cuerpo y daños en hígado y riñones. El ministro provincial de Derechos Humanos y Minorías, Ijaz Aalam, aseguró en su funeral del 29 de febrero que se haría justicia. El abogado de derechos humanos en contacto con la familia de la víctima, Nadeem Anthony, sostuvo que el brutal asesinato es el último de muchos casos de violencia contra los cristianos en Pakistán y que las autoridades hacen poco o nada para contrarrestar la situación, e incluso niegan la discriminación.