Francisco: «La Cuaresma es un tiempo propicio para apagar la televisión y abrir la Biblia, para desconectarnos del celular y conectarnos al Evangelio»

El Papa afirmó que la Cuaresma es tiempo para entrar en el desierto con Jesús, dado que "dialogar en silencio con el Señor nos devuelve la vida". Invitó en este tiempo litúrgico a "deshacernos de tantas realidades superfluas, para redescubrir lo que importa, para reencontrar los rostros de los que están a nuestro lado", y que el ejemplo "nos lo da Jesús al ayunar". "Ayunar es saber renunciar a las cosas vanas, a lo superfluo, para ir a lo esencial", aseguró. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Vatican News.

EXHORTÓ A HACER SILENCIO EN EL CORAZÓN PARA ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS.

Francisco indicó que la Cuaresma es "un tiempo propicio en nuestra vida para apagar la televisión y abrir la Biblia; para desconectarnos del celular y conectarnos al Evangelio", al reflexionar sobre el significado espiritual del desierto, en el que exhortó a recorrer el camino cuaresmal a través de la oración, el ayuno y las obras de misericordia, durante la Audiencia General en el Miércoles de Ceniza, el 26 de febrero. 

"El camino a través del desierto cuaresmal es un tiempo propicio en nuestra vida para apagar la televisión y abrir la Biblia; para desconectarnos del celular y conectarnos al Evangelio; para renunciar a tantas palabras y críticas inútiles para estar más tiempo con el Señor,  y dejar que transforme nuestro corazón", aseguró el obispo de Roma, que precisó que la Cuaresma es tiempo para entrar en el desierto con Jesús, dado que "dialogar en silencio con el Señor nos devuelve la vida".

Invitó en este tiempo litúrgico a hacer "silencio en el corazón", puesto que "solamente en el silencio" se puede escuchar la voz de Dios y pidió "deshacernos de tantas realidades superfluas, para redescubrir lo que importa, para reencontrar los rostros de los que están a nuestro lado", y que el ejemplo "nos lo da Jesús al ayunar". "Ayunar es saber renunciar a las cosas vanas, a lo superfluo, para ir a lo esencial", afirmó el Papa, quien sostuvo que el desierto cuaresmal "es un viaje de caridad hacia los más débiles", que silenciados, piden en silencio nuestra ayuda.