Francisco: «La pena canónica tiene siempre un significado pastoral y persigue no sólo una función de respeto del ordenamiento, sino también la reparación»

El Papa indicó que "es necesario readquirir y profundizar el verdadero significado del derecho en la Iglesia, el Cuerpo Místico de Cristo, donde la preeminencia es la de la Palabra de Dios y la de los Sacramentos, mientras que la norma jurídica tiene un papel necesario pero subordinado y al servicio de la comunión". Reiteró que "el derecho penal es también un instrumento pastoral y como tal debe ser considerado y aceptado". 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Santa Sede.

A LA PLENARIA DEL PONTIFICIO CONSEJO PARA LOS TEXTOS LEGISLATIVOS.

Francisco precisó que "la pena canónica tiene siempre un significado pastoral y persigue no sólo una función de respeto del ordenamiento, sino también la reparación y sobre todo el bien del culpable" y aseguró que "el fin reparativo se propone restablecer, en la medida de lo posible, las condiciones que precedieron a la violación que perturbó la comunión", durante la audiencia a los participantes en la Plenaria del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, el viernes 21 de febrero.

"Es necesario readquirir y profundizar el verdadero significado del derecho en la Iglesia, el Cuerpo Místico de Cristo, donde la preeminencia es la de la Palabra de Dios y la de los Sacramentos, mientras que la norma jurídica tiene un papel necesario pero subordinado y al servicio de la comunión. En esta línea, es oportuno que el Dicasterio contribuya a la reflexión sobre la genuina formación jurídica en la Iglesia, que haga comprender la naturaleza pastoral del derecho canónico, su naturaleza instrumental respecto a la salus animarum (c. 1752) y su necesidad de respetar la virtud de la justicia, que debe ser siempre afirmada y garantizada", reflexionó el Papa. 

Afirmó que "en esta perspectiva, es más actual que nunca la invitación de Benedicto XVI en su Carta a los Seminaristas, válida también para todos los fieles: 'Pero también aprendan a comprender y -me atrevo a decir- a amar el derecho canónico por su necesidad intrínseca y por su aplicación práctica: una sociedad sin derecho sería una sociedad carente de derechos. El derecho es una condición del amor'". Reiteró que "el derecho penal es también un instrumento pastoral y como tal debe ser considerado y aceptado", y que "el obispo debe ser cada vez más consciente de que en su Iglesia, de la que es constituido pastor y cabeza, es precisamente por ello también juez entre los fieles que le fueron confiados".