Obispo Bochatey: «La vida es sagrada y pertenece a Dios, por lo tanto, es inviolable y no se puede disponer de ella»

El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral de la Salud, Alberto Bochatey, indicó que "la vida debe ser acogida, tutelada, respetada y servida desde que se inicia hasta que termina". "Jesús es nuestro alivio y consuelo, es el que sabe mirar de verdad y en verdad, la humanidad herida, sin descartar a nadie y entregándose con su propia vida", reflexionó el prelado, al reiterar el lema de la XVIII Jornada Mundial del Enfermo 'Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo lo aliviaré'. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: AICA.

EN SU MENSAJE POR LA JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO.

El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral de la Salud y obispo auxiliar de La Plata, Alberto Bochatey, afirmó que "la vida es sagrada y pertenece a Dios, por lo tanto, es inviolable y no se puede disponer de ella: la vida debe ser acogida, tutelada, respetada y servida desde que se inicia hasta que termina", en su mensaje por la Jornada Mundial del Enfermo, en la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, el martes 11 de febrero.

"Jesús es nuestro alivio y consuelo, es el que sabe mirar de verdad y en verdad, la humanidad herida, sin descartar a nadie y entregándose con su propia vida", reflexionó el prelado, al reiterar el lema de la XVIII Jornada Mundial del Enfermo 'Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo lo aliviaré'. Además, ratificó que la objeción de conciencia es "un derecho humano fundamental que ningún gobierno y menos los democráticos, deben limitar, ignorar o prohibir de ninguna manera". 

Bochatey afirmó que "la profesionalidad de todos los agentes sanitarios, animada por la caridad cristiana, será el mejor servicio al verdadero derecho humano, el derecho a la vida" y agradeció "a todos los voluntarios por su trabajo, que suple en muchos casos las carencias estructurales y reflejan la imagen de Cristo el Buen Samaritano". También saludó a "los enfermos y a sus familiares y cuidadores, confirmándoles la cercanía de nuestra oración, nuestra acción y compromiso humano y pastoral".