Comisario Apostólico para el Instituto Próvolo: «Nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado»

El Comisario Apostólico para el Instituto Próvolo, Alberto Bochatey, sostuvo que "mirando hacia el futuro nunca será poco todo lo que se haga para generar una cultura capaz de evitar que estas situaciones no solo no se repitan, sino que no encuentren espacios para ser encubiertas y perpetuarse". "El dolor de las víctimas y sus familias es también nuestro dolor, por eso urge reafirmar una vez más nuestro compromiso para garantizar la protección de los menores y de los adultos en situación de vulnerabilidad", indicó. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: AICA.

'SI UN MIEMBRO SUFRE, TODOS SUFREN CON ÉL'.

Infobae.

El Comisario Apostólico para el Instituto Próvolo y obispo auxiliar de La Plata, Alberto Bochatey, afirmó que "nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado", en el comunicado 'Si un miembro sufre, todos sufren con él', tras las condenas de la Justicia Penal sobre el caso del Instituto Próvolo por abusos en las escuelas para chicos hipoacúsicos. Los sacerdotes suspendidos Nicola Corradi y Hugo Corbacho, fueron condenados a 42 y 45 años de cárcel respectivamente, mientras que el jardinero Armando Gómez a 18.  

"Mirando hacia el futuro nunca será poco todo lo que se haga para generar una cultura capaz de evitar que estas situaciones no solo no se repitan, sino que no encuentren espacios para ser encubiertas y perpetuarse. El dolor de las víctimas y sus familias es también nuestro dolor, por eso urge reafirmar una vez más nuestro compromiso para garantizar la protección de los menores y de los adultos en situación de vulnerabilidad", indicó el prelado, al anhelar que la decisión judicial "traiga paz a las víctimas que han sufrido tanto y también algo de alivio en medio de tanto dolor y de tantas heridas". Bochatey precisó que "la Iglesia nunca encubrió a los sacerdotes en cuestión y el proceso canónico sigue su curso en la Congregación de la Doctrina de la Fe". 

Indicó que "de hecho ellos estaban suspendidos en la práctica de su ministerio sacerdotal y en la cárcel, donde permanecen desde hace ya tres años". Además, lamentó el daño inmenso que lo sucedido provocó a la Iglesia en Mendoza, en Argentina y en el mundo. "Como expresa Francisco 'es imprescindible que como Iglesia podamos reconocer y condenar con dolor y vergüenza las atrocidades cometidas por personas consagradas, clérigos e incluso por todos aquellos que tenían la misión de velar y cuidar a los más vulnerables; pedimos perdón por los pecados propios y ajenos'", reiteró.