Obispado Castrense de Argentina pide que la Virgen de Luján «interceda para que vivamos dando nuestra vida cada día, como Jesucristo»

El vicario general castrense de Argentina, Gustavo Acuña, indicó que "en este día en el que valoramos la entrega de la vida de muchos hermanos nuestros por el bien de la Patria, rezamos por ellos, para que definitivamente purificados participen eternamente de la victoria de Jesucristo", en la homilía de la Misa presidida por el obispo castrense, Santiago Olivera, al recibir en la catedral Stella Maris la imagen de la Virgen de Luján que acompañó a los soldados argentinos durante la guerra de Malvinas, que regresó al país tras 37 años. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: AICA

AL REFLEXIONAR QUE MARÍA "ACOMPAÑÓ FIRME EN LA ESPERANZA A SU HIJO".

Obispado Castrense de Argentina.

El vicario general castrense de Argentina, Gustavo Acuña, pidió que "la Santísima Virgen que acompaño firme en la esperanza a su Hijo en la Pasión y la Cruz, que se alegró en la Resurrección, que la veneramos aquí como Madre de Luján que acompañó a nuestros hermanos en Malvinas, también en el dolor y cruz que vivieron, nos aliente e interceda para que vivamos dando nuestra vida cada día, como su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo", en la homilía de la Misa presidida por el obispo castrense, Santiago Olivera, al recibir en la catedral Stella Maris la imagen de la Virgen de Luján que acompañó a los soldados argentinos durante la guerra de Malvinas -regresó al país tras 37 años-, y en reconocimiento también por los caídos en servicio de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad, el lunes 4 de noviembre.

"Esta celebración donde rezamos por nuestros difuntos, a la vez es un momento que nos hace detenernos a pensar, a mirar nuestra vida de cara a Dios misericordioso que ha dado a su Hijo para salvarnos. Eso nos da esperanza. El Señor en el Evangelio nos muestra el camino, el que recorrió Él mismo. Él fue el grano de trigo que cayó en tierra, murió y dio mucho fruto. En este día en el que valoramos la entrega de la vida de muchos hermanos nuestros por el bien de la Patria, rezamos por ellos, para que definitivamente purificados participen eternamente de la victoria de Jesucristo. A nosotros esta fe en la vida eterna nos da hoy la valentía de amar aún más intensamente nuestra tierra, nuestro tiempo, haciendo presente el Reino de Dios, caminando hacia el Cielo", destacó Acuña.

Precisó que "para nosotros, cristianos, la realidad de la muerte tiene un sentido esperanzador porque está iluminada por la resurrección de Nuestro Señor". "Aunque la muerte sea con frecuencia un tema casi prohibido en nuestra sociedad, y continuamente se intente quitar de nuestra mente el solo pensamiento de la muerte, nos toca de cerca a cada uno de nosotros, concierne al hombre de toda época y de todo lugar. Ante este misterio, todos, incluso inconscientemente, buscamos algo que nos invite a esperar, un signo que nos proporcione consolación, que abra algún horizonte, que ofrezca también un futuro", reflexionó.