Arzobispo Puiggari exhorta a recordar las raíces y volver al sentido misionero de anunciar a Jesucristo

El arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, afirmó que "desde el inicio de la evangelización en nuestra tierra entrerriana, María se hizo presente". "Por María llegó el Evangelio a estas tierras, nació mariana, por eso es cristiana. Reconocer nuestro origen es asegurar nuestro futuro, profundizar sus raíces es garantizar el crecimiento de nuestro pueblo que ponga al hombre en el centro porque reconoce a Dios como a su Señor", reflexionó el prelado.   

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: AICA.

EN FIESTAS PATRONALES EN HONOR A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO.

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El arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, pidió recordar las raíces y volver al sentido misionero de anunciar a Jesucristo, al presidir la Misa central de las fiestas patronales en honor a Nuestra Señora del Rosario, patrona y fundadora de la capital de Entre Ríos, tras la tradicional procesión por las calles de la ciudad, encabezada por la imagen de la Virgen, el lunes 7 de octubre. Una multitud de fieles asistieron a la celebración eucarística, que fue concelebrada por el cardenal Estanislao Karlic y el clero diocesano. 

Afirmó que "desde el inicio de la evangelización en nuestra tierra entrerriana, María se hizo presente, aún más, su presencia en una humilde capilla, en 1730, nucleó al primer grupo de pobladores en la llamada 'Baxada de Paraná'" y que "así comienza la historia religiosa, política y social de nuestra ciudad". "Por María llegó el Evangelio a estas tierras, nació mariana, por eso es cristiana. Queremos ser fieles a nuestras raíces. Reconocer nuestro origen es asegurar nuestro futuro, profundizar sus raíces es garantizar el crecimiento de nuestro pueblo que ponga al hombre en el centro porque reconoce a Dios como a su Señor", afirmó. 

Puiggari dio inicio al Mes Misionero Extraordinario, al indicar que "la Iglesia es consciente que la dimensión misionera proviene ante todo de la fe en Cristo, cuya novedad y riqueza no se puede esconder ni conservar para sí". "Pobres de nosotros, si en un mundo como el nuestro, en donde se habla poco de Dios y se lo margina de la vida social de nuestro pueblo, no somos capaces con nuestra vida de anunciar la Buena Nueva de Jesucristo, sin temor, con santa audacia. Predicarlo con nuestra palabra, pero especialmente con nuestro testimonio. Muchos sólo leerán el Evangelio en nuestra vida. Que mi vida grite el Evangelio, para que conozcan a Jesús: la Verdad, la Vida y el Camino", exhortó.